Poeta argentino Juan Gelman: la palabra que alimenta la memoria

Cuando en el año 2000 se le concedió el Premio Juan Rulfo, el jurado internacional del certamen dijo que el poeta argentino Juan Gelman “abre un intenso espacio expresivo, renueva la palabra poética latinoamericana y señala un camino que siguen los líricos jóvenes de todo el continente”.Gelman3

Justo ese año, el literato había logrado cerrar un importante círculo de su vida, encontrando a su nieta, nacida bajo la detención y desaparición de su hijo y su nuera en la dictadura argentina.

La niña había sido entregada ilegalmente a familias militares.

Gelman fue siempre un tipo de izquierda. A comienzos de los 70, tras renunciar a su militancia en el Partico Comunista, se suma a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), que en 1973 convergen a la generación del movimiento violentista pro-Perón, conocida como “Montoneros”.

Su actividad política, sumada a sus labores poéticas y periodísticas –junto al reconocidísimo Osvaldo Soriano trabajó en el suplemento cultural de La Opinión y junto a Eduardo Galeano en Crisis- generó que sus enemigos lo amenazaran de muerte.

Gelman55Eran los años del comienzo de la guerra sucia en la Argentina, de los crímenes sin explicaciones, de las desapariciones de las que nadie sabía nada.

Una de esas asociaciones de la muerte, la Alianza Anticomunista Argentina (más conocida como “La Triple A”) le hace definitivamente la cruz a Gelman, en medio de un caos político inentendible: Perón se inclinaba a la derecha y el verdadero poder del gobierno comienza a centrarse en la horrorosa figura de La Triple A, organización responsable del terror que se instalaba en Argentina.

En 1975 Gelman tiene que partir al exilio, aunque decide retornar al país en forma clandestina al año siguiente, cuando la administración política se entronizaba en el genocida gobierno de Jorge Rafael Videla. Fue en ese año, 1976, cuando un comando policial secuestró a los dos hijos del poeta, Nora Eva de 16 años y Marcelo Ariel de 20, junto a la esposa de éste, María Claudia Irureta Goyena, de 19 años y embarazada de siete meses.

Con una enorme tristeza a cuestas, nuevamente abandona la Argentina e inicia desde ese mismo momento la búsqueda de sus familiares. Su hija fue liberada poco tiempo después, luego de haber sido torturada; pero de su hijo, su nuera y el embarazo, no tuvo más noticias, hasta que por su constante lucha y búsqueda llegó a vivir una experiencia más dolorosa que el más fino puñal: tuvo que reconocer el cuerpo inerte de Marcelo Ariel, su hijo, con un disparo en la cabeza, encontrado en el lecho del río San Fernando, adentro de un tambor de 200 litros, que los escuadrones uniformados llenaron con concreto y arena.Gelman4

La pluma como arma

Sobre su nuera nada se supo posterior al parto, lo que agrieta más la herida de Gelman. Sin embargo, sus investigaciones, más la confirmación de esos datos hecha por El Vaticano, señalaban que María Claudia finalmente había dado a luz.

Sin embargo, no en la Argentina, sino que en un hospital del vecino país del Uruguay. Gelman intentó desde 1999 contactarse con el entonces Presidente Julio María Sanguinetti, quien no inició búsqueda alguna y negó la existencia de niños nacidos en cautiverio en su país.

Sin embargo, el 12 de abril de 1995 Gelman abrazó su mejor arma: la pluma. Con ella escribió una carta abierta a quien fuera su nieto o nieta, a través de la cual le habla sobre sus padres, sus abuelos y de cómo lo/la imaginaba.

GelmanynietaUna misiva emocionante hasta los huesos, como se aprecia en este mínimo extracto:
“Tal vez tengas los ojos verdegrises de mi hijo o los color castaño de su mujer, que poseían un brillo muy especial, tierno y pícaro. Quién sabe cómo serás si sos varón. Quién sabe cómo serás si sos mujer (…) Poco antes o poco después de tu nacimiento, el mismo mes y año, asesinaron a tu padre de un tiro en la nuca, disparado a menos de medio metro de distancia (…) De tu madre nada se sabe, al menos con tu padre existe esa certeza (…) Tus dos padres tenían veinte años y vos, siete meses en el vientre materno cuando todo eso ocurrió”

Posteriormente, cuatro años después, el poeta insiste con los escritos, dando a conocer una Carta Abierta al Presidente Sanguinetti, que alcanza ribetes de campaña internacional, instándolo a reconocer la existencia de nacimientos de niños de desaparecidos.

El documento encontró rápido eco en diversos personajes públicos del mundo como el cantante español Joan Manuel Serrat, el Premio Nobel de Literatura portugués José Saramago, el escritor uruguayo Eduardo Galeano y el poeta chileno Gonzalo Rojas, entre muchos otros.

El tema cayó como un balde agua fría en la campaña electoral de ese año en Uruguay, en donde el Frente Amplio de Izquierda tuvo la posibilidad de ganar, por primera vez, en las urnas, lo que finalmente no ocurrió. El presidente triunfante, Jorge Batlle, de la coalición de derecha, sin embargo, tomó rápidas y efectivas cartas en el asunto de Gelman.Gelman2

Batlle logró confirmar que María Claudia, la nuera de Gelman, había dado a luz una niña en cautiverio en 1976 y que vivía actualmente en el barrio de Pocitos. Así, en abril del año 2000 el poeta confirmó totalmente sus investigaciones y obtuvo la recompensa que tanto esperó, encontrándose, finalmente, con su nieta criada por una familia de un policía retirado, muerto hacía décadas, quien -según varias investigaciones- no estuvo relacionado con represión o torturas.

A pesar de su alegría, Gelman optó por no exhibirla ni dar a conocer su nombre, aunque la prensa confirmó que, increiblemente, se llama igual que su madre: María Macarena. “Quiero preservar la intimidad de su persona”, aseveró el vate. La joven, de 24 años, había aceptado someterse a exámenes biológicos, los que confirmaron su identidad.

“Valió todo el tiempo de búsqueda incesante. Mi nieta efectivamente vive en Uruguay con una familia que la quiere, como ella a ellos. Su identidad no la revelaré, esto no debe ser público”, aseguró.

Gelman1De todas formas, años después la propia joven quiso asumir públicamente su identidad, con su nombre original (Macarena Gelman) e incluso se fotografió con su luchador abuelo y con figuras que apoyaron su búsqueda, como el citado escritor uruguayo Eduardo Galeano.

“La poesía es memoria de la sombra de la memoria” anotó Gelman en un profundo discurso con el que recibió el Premio Nacional de Poesía en Argentina, en 1997. Fue esa remecedora mezcla la que en el año 2000 le entregó una de sus mayores alegrías.

Microchips y lenguas de trapo

Mientras lograba esa recuperación intensa en su alma, el poeta argentino también pudo vivir la alegría de su trabajo lírico.GelmanyGaleano2

El 25 de noviembre del año 2000, en la ciudad de Guadalajara, México, fue galardonado con el Premio Juan Rulfo de Literatura Latinoamericana y del Caribe por las cautivantes líneas que su pluma volcó en “Poesía del duelo y exilio”, obra cumbre en la que se trasluce desde su mismo nombre, quizás, un resumen de sus últimos años.

En su discurso, el poeta argentino se mostró firme y realizó una encendida defensa de la palabra, advirtiendo que “la poesía no se extinguirá ni quedará como un despojo y ningún desastre podrá acabar con ella”. Además, se hizo lugar para mezclar la literatura con los avances tecnológicos al puntualizar, con fina ironía, que “ningún microchip convertirá a la lengua en trapo”.

Gelman8Así, desde una mirada profunda e inteligente, Gelman sentó sus ideas, sus pensamientos y sus luchas. Jamás se resignó ante todas las puertas que se le cerraban unas tras otras, quizás quitándole esperanzas, pero jamás fuerzas.

Su obra queda para siempre, una obra que siempre mezcló ideología, país y familia, como en ese párrafo de su maravillosa poesía “Mi Padre”, escrita en 1980, durante su exilio europeo: “Mi padre vino a América con una mano atrás y otras adelante, para tener bien. Alto el pantalón. Yo vine a Europa con un alma atrás y otra adelante, para tener bien. Alto el pantalón. Hay diferencias, sin embargo: él fue a quedarse, yo vine a volver”.

Juan Gelman es considerado el poeta más importante de Argentina. Falleció el 14 de enero de 2014.

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