Luz Cuadros, clarinetista y líder de Ensamble de Luz: «Desde la música nos acercamos a la poesía»

Al momento de crear música, una “poética” implica opciones estéticas, campos sociales y visiones de mundo. El prograna radial «Holojazz» toma el concepto para crear un ciclo de presentaciones en vivo para conocer más sobre las diferentes experiencias musicales existentes en el país.

¿La idea? Abrir espacios para conocer miradas y trabajos musicales que -a partir de conceptualizaciones artísticas novedosas- invitan a recorrer caminos poéticos atractivos y diversos.

Se trata de un ciclo mensual que comienza en abril. «Holojazz» es un espacio radial especializado que se acerca a los veinte años de existencia en el 102.5 FM (Universidad de Chile). El ciclo de presentaciones se llama «Poéticas de la música en Chile».

El sexteto Ensamble de Luz es el encargado de iniciar la serie que se lleva adelante en la Sala Máster de la radio universitaria, el día miércoles 18 de abril a las 21:45 horas (Miguel Claro 509).

El grupo que comienza el ciclo es liderado por Luz Cuadros, clarinetista que antes de este proyecto cuenta con un reconocido paso como líder y sesionista de proyectos de fusión y música latinoamericana.

Con un disco a su haber, llamado «Desestructuras», Ensamble de Luz desarrolla el concepto de los «conciertos-obra», en el que -según explica la artista- «sin decirlo, que ir a un recital sea como ir a ver una película».

Para eso, sus presentaciones incluyen distribución de poesía, tratamiento dramático e integración de distintas herramientas artísticas.

Cuadros posee estudios con reconocidos maestros como los chilenos Marcos Aldana y Jorge Arriagada, además del brasileño Itiberê Zwarg , entre otros nombres destacados. Suma estudios en Brasil y en Francia, todo lo cual le ha permitido experimentar con la composición y crear el proyecto que hoy encabeza.

¿Cómo ha sido la historia del Ensamble de Luz?

– Nuestro trabajo comienza más o menos desde el año 2010 con exploraciones compositivas mías. Si bien he estudiado mucha música y armonía, hasta ese momento no tenía estudios de composición, pero me lancé porque sentí que andaba con muchas ideas.

Eran cosas que no escuchaba en ninguna parte y me empecé a formar un hábito y a guardar material. Por una parte lo pasaba muy bien, pero por otro lado era un tormento: sentía que había mucho arte y no era posible compartirlo. Así es que me aventuré, postulé a un Fondart y lo gané.

Eso me permitió trabajar con tiempos acotados, reunir gente y echar a andar el proyecto del ensamble. Y el principal criterio de búsqueda fue por las sonoridades que se necesitaban, nunca me limité a pensar «oh qué difícil sería conseguir este instrumento», sólo compuse y fui luego buscando dónde encontrar lo que se necesitaba.

Fue así como en el año 2015 se graba nuestro disco «Desestructuras», que hasta ahora es el único que tiene el grupo. Al final del año 2016 re-armamos un poco el proyecto, hubo que hacer una re-estructuración de los temas para que quedara en sexteto y ese es nuestro formato actual.

¿Y cómo desarrollas la dinámica de la creación?

– Componer es una búsqueda permanente, no me guío por estructuras, por eso también nuestro disco se llama como se llama. Diría que compongo mucho desde la imaginación, siempre estoy creando mundo desde donde surge la música. Y en ese sentido la creación es libre, hay veces que existen pasajes de algunos temas que a mí no me gustan mucho, pero que siento intensamente que tienen que estar. Son de ahí. Para la música es una entidad, es un ser, y desde ahí habla.

En ese camino de libertad, hoy llevan adelante la idea del «concepto-obra». ¿Cómo se fue dando esa mirada, cómo llegas al concepto?

– Como todo, la idea del «concepto-obra» se fue dando de a poco. Uno de los miedos que tenía cuando hacíamos el disco era a quién le iba a gustar. No es cien por ciento jazz, tampoco es cien por ciento música contemporánea, pero no fue hasta que empezamos a dar conciertos que me dí cuenta que le podía gustar a mucha gente. Había hasta abuelitos que disfrutaban la música y las presentaciones. Y ese gusto se basaba en que la gente imaginaba muchas cosas y casi siempre eran lugares parecidos. Me di cuenta que la música llegaba de manera muy cinematográfica al público. Y a mí me encanta el cine.

Pero fue mientras estudiaba en Brasil cuando le puse nombre a eso y empecé a darle vueltas al concepto. La idea es proponer caminos nuevos, creo que la música da para tanto, claro siempre con referencias y con inspiración, pero esta idea no la he visto mucho. Es algo que estamos creando aún, no sé cuál es el puerto aún, pero el camino hacia allá está muy entretenido…

La idea central, en todo caso, parece ser que cada concierto tenga un concepto…

– Claro. Hemos hecho ya varios y el más importante, a mi juicio, fue el que se llamó «La realidad incoherente». No sólo se trata de un concierto, a la gente los recibía un mago, se distribuían poemas, pudimos ver que el público de verdad lo pasó bien. Me gusta pensar que con esto estamos abriendo dimensiones o portales nuevos a la gente.

Ahora lo que estamos presentando es el concierto-obra «Suicidados por la sociedad», inspirados en el libro de Antonin Artaud «Van Gogh: Suicidado por la sociedad». En lo personal, estoy un poco aburrida de la seriedad moral. Hay tanto pre-concepto o prejuicio con respecto a los artistas. Pienso que hay que liberarse un poco y plantear un suicidio en vivo. Algo simbólico que hable de los caminos que la propia sociedad cierra y que luego lamenta.

¿Qué es lo que te llama más la atención del libro?

– El libro si bien habla de Van Gogh, es muy autobiografico de quien lo escribió. Artaud también es un artista que se siente igual frente a los demás. Se supone que Van Gogh es una persona atormentada, pero si se lee el libro «Cartas a Theo», en el que se conoce lo que se escribía con su hermano, es posible darse cuenta de que era una persona completamente lúcida, consciente de su entorno. Tanto así que asume la mediocridad de su ambiente en pos del arte. Y la sociedad le respondió con un rechazo absoluto.

Algo que parece no ha cambiado mucho…

– Claro, todavía las cosas siguen parecidas. Seguimos llenos de disfraces, cuantos artistas no suicidan y son calificados de locos, problemáticos, drogadictos. Pero ¿dónde queda la libertad de cada uno para manifestarse frente a los caminos que la propia sociedad no deja abrir?

Suena muy atractivo el link de todo eso que hacen ustedes con la música.

– Es que desde la música nos acercamos a la poesía. Me gusta pensar que la vida es una poesía. Nuestra música recoge elementos y sensaciones del cine, también. Vamos perfeccionando cada vez más la idea del concepto.

Y de acuerdo a lo que comentabas, parece que al público le ha parecido bien la propuesta del grupo.

– Sí, la idea -además- es que si existe más presupuesto sea posible irlo potenciando cada vez. Hasta ahora nos gusta lo que provoca en la gente, vemos que se inspiran, juegan su propio juego. Es que aún existe mucho espacio todavía por fortalecer, hay mucho trabajo en equipo en este proyecto.

Todo lo cual está formando parte de un nuevo disco…

– Sí, en agosto entramos a grabar el segundo disco. Aún tenemos que seguir conversando la temática. Nuestro primer trabajo tuvo seis temas. Hoy nuestro repertorio llega a once. O sea, estamos evolucionando a otra cosa. Lo esencial es que trabajamos desde la desestructura.

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Miércoles 18 de abril, 21,45 horas – Entrada liberada.

Sala Master, Radio Universidad de Chile.

Miguel Claro 509, Providencia, Santiago.

Visita www.luzcuadros.cl

*** Fotografías de Arturo Pozo – Holojazz.cl

** Video de Holojazz

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