La frágil dinámica del «que no llora, no mama» en la cultura chilena

La sabiduría popular se ha encargado de transmitir un concepto incómodo, pero que forma parte del «lado obscuro de la fuerza» en la naturaleza humana: «El que no llora, no mama». Y si bien en este caso específico se trata de un refrán de origen español, es posible encontar también una lógica similar en otras lenguas.

Los ingleses dicen «The squeaking wheel gets the grease» (algo así como «La rueda que más suena es la que se engrasa») y los franceses «Qui ne demande rien, n’a rien» (algo así como «Quien no pregunta, se queda con la duda»).

La idea es evidente: hay que hacerse notar para obtener lo que se busca. Pero el concepto tiene una segunda lectura peligrosa: la idea denota que si no logras hacer una diferencia, no vas a obtener lo que necesites, aunque lo merezcas.

La idea subyaciente del refrán popular es -precisamente- hacer notorio que -por mucho que uno cuente con todos los derechos para obtener un beneficio ganado, heredado o recibido- es imprescindible, además, hacerte notar para alcanzarlo.

Por cierto, el transfondo del refrán si bien plantea una aceptación pragmática a dicha realidad, es -en el fondo- una crítica.

 

En Chile se vive esta dinámica yuxtapuesta en casi todos los ámbitos, pero de manera especial en la cultura. Dependiente de variados fondos públicos y privados, se ha debido profesionalizar el concepto de «gestión cultural» para llegar a acceder a estas instancias que hoy alcanzan casi ribetes de «pasillos cardenalicios», llenos de trámites y acciones extra-culturales que -en muchos aspectos- se parecen demasiado a un vulgar «besamanos».

La propuesta que recientemente ha debido sufrir de estos irresolutos caminos es el reconocido y connotado conductor y director del programa radial de jazz «Holojazz», de la radio Universidad de Chile, el musicólogo Miguel Vera-Cifras, quien estuvo a punto de no recibir un compromiso que había asumido la Ventanilla Abierta del Fondo de Música.

Sucede que Vera-Cifras había presentado un proyecto para participar como único experto musical hispanoamericano en el importantísimo Congreso Internacional de Jazz de Austria, también conocido como “Jazz voices”. El evento se efectúa en la ciudad de Graz, entre los días 17 y 20 de mayo de 2018.

La propuesta del musicólogo es llevar hacia la «créme de la créme» de la investigación musical del mundo una temática que en el país se encuentra muy poco trabajada: el aporte femenino al desarrollo del jazz en Chile. Este tópico se ha convertido en la especialidad de Vera-Cifras, por lo que su inclusión en la actividad cuenta con una alta expectativa por parte de los organizadores.

Pero aunque el proyecto contó con la aceptación de la instancia pública desde comienzos de este año, obteniendo la máxima calificación, la burocracia comenzó a tomar variadas formas en los últimos meses, en esta oportunidad bajo la excusa del «cambio de gobierno».

La pueril razón del «no hay quien firme» estuvo a punto de transformarse en una pesadilla para el proyecto de Vera-Cifras, el que iba a recibir el aporte económico para el pago de los boletos aéreos, ya que la estadía formaba parte de sus propios gastos.

Surgieron «creativas» recomendaciones desde variadas fuentes ministeriales tales como «gasta tú y después se te devuelve, porque esto tiene que salir sí o sí» o «analiza la posibilidad de no realizar el proyecto», como si la práctica cultural fuera un hobby poco serio, que no resiste cumplimiento de plazos o respuestas realmente adultas.

 

En términos concretos, la propuesta del musicólogo -finalmente- obtuvo una salida positiva en las últimas horas. Apareció la firma y el trámite recuperó su dinamismo. Pero el retraso no fue una situación gratuita: los valores de pasajes aéreos y reservas de hoteles han ido subiendo cada vez más, por lo que las alternativas para cumplir ambos aspectos son mucho más acotadas que cuando debió haber sido entregada la respuesta pública.

Y para que ello ocurriera, el experto comenzó a recibir el apoyo de muchos ámbitos culturales. La academia, los músicos, los medios de comunicación, la gestión y el arte reaccionaron en las redes sociales de Vera Cifras, quien en casi dos largas y duras semanas de no obtener respuestas claras desde las nuevas autoridades del Fondo de Música sí obtuvo un cerrado apoyo de muchos artistas, investigadores, gestores culturales, músicos y personas de los medios por el reconocimiento a su labor y por la injusta situación vivida.

¿Cuánto habrá influido esa reacción del ámbito cultural que solidarizó con el conductor y director del programa «Holojazz» para que recibiera una respuesta positiva, aunque tardía? Difícil decirlo. Mucho más claro es pensar qué habría pasado si no hubiese recibido tan profunda y sincera solidaridad.

La frágil dinámica del «que no llora, no mama» deja una duda muy intensa en la cultura chilena actual. Se sigue observando la práctica artística, académica y cultural como un pasatiempo y por más discursos y proyectos que existan, lo cierto es que quienes sienten la vocación y el interés por dedicarse a estos temas deben convivir permanentemente con la mediocridad que viene desde los estamentos que se lavan la boca con conceptos como «eficiencia», «desarrollo de audiencias» o «pertinencia del proyecto».

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