Mariposa technicolor: Las claves de la tiroides

“Cada vez que me miras/ cada sensación/ se proyecta la vida/ mariposa technicolor” canta el argentino Fito Páez en su reconocido tema del año 1994. Puede servir como un muy buen resumen de lo que significa para el cuerpo humano la existencia y las funciones de la tiroides, una pequeña glándula ubicada en la parte delantera del cuello.

Con una clara forma de mariposa, produce hormonas vitales para el metabolismo de todas las células. A medida que avanzan los conocimientos, se transforma en una reveladora clave del bienestar en el ser humano.

Diversos estudios, efectuados tanto a nivel internacional como en el país durante las últimas dos décadas, ofrecen coincidencias notorias para tener en cuenta: las hormonas T4 (tiroxina) y T3 (triiodotironina) producidas por la tiroides resultan determinantes para la fertilidad, la inteligencia, el crecimiento de los tejidos, la respiración y el gasto energético, así como para el funcionamiento del corazón, los músculos, la piel y el sistema endocrino sexual, entre otros.

Por ello, existe acuerdo científico en que todos los pacientes con problemas tiroideos ofrecen un factor común: procesos emocionales fuertes no manifestados, escondidos o disimulados, que –finalmente- se liberan en alguna alteración de esta inquieta mariposa de no más de 20 gramos de peso.

Varias investigaciones médicas señalan que la base de los trastornos en la tiroides está en el sistema de defensa del organismo que, por algún error genético o del ambiente, en vez de atacar un virus externo, ataca a alguna estructura del cuerpo, en este caso, a la glándula.

Los principales trastornos de la tiroides que se manifiestan en Chile se refieren a hipertiroidismo, hipotiroidismo y cáncer. Si bien no se encuentra entre los más mortales, este último aumenta de manera importante en la década reciente, alcanzando en algunos períodos hasta el 80% de crecimiento.

Casi el 20% de la población desarrolla hipotiroidismo, lo que implica cerca de cuatro millones de personas. De esa cifra, una de cada cinco corresponde a mujeres, que exhiben hasta siete veces más desórdenes que los hombres. A pesar de eso, el número masculino de afectados por este tipo de trastornos en Chile es superior a los niveles que se observan en otros países.

De todas las enfermedades relacionadas, la de mayor preocupación nacional es la del hipotiroidismo. Junto con el hipertiroidismo, obedecen a fallas en el funcionamiento de la glándula: en el primer caso, la secreción de hormonas es muy baja o definitivamente nula y en el segundo, todo lo contrario. En febrero de este año la primera de ellas fue incorporada al Plan Auge.

En general, los trastornos de la tiroides se tratan de desórdenes traicioneros y mentirosos. En el caso del hipotiroidismo, por ejemplo, sus síntomas más comunes son cansancio, desánimo, aumento de peso y faltas de concentración. Fácilmente un cuadro que puede ser confundido con estrés o depresión. De allí es que actualmente los psiquiatras analizan el nivel de las hormonas tiroideas antes de diagnosticar este tipo de cuadros.

Estas fallas en el funcionamiento de la glándula (que en el caso del hipertiroidismo generan también confusos síntomas de angustia y nerviosismo) se originan en el sistema autoinmune, en donde el organismo produce anticuerpos contra la tiroides que la atacan y terminan desordenando.

Esa dinámica contradictoria del cuerpo es para muchos expertos un punto angular: las personas son capaces de generar dinámicas psicosomáticas como respuesta a golpes o alteraciones emocionales intensos y provocar así una enfermedad. Al desordenarse el cuadro emotivo, la principal reguladora orgánica es la tiroides. Y ahí se centraría el shock.

Lo mismo pasa en las fallas de forma: la tiroides puede manifestar un crecimiento difuso (como el bocio) o un cambio en algunas zonas (como nódulos).

Según la medicina oriental, la zona del cuello es el quinto chakra, que se relaciona con la expresión de las emociones. Así, el cuello es una especie de puente entre el pensar y el sentir. El ritmo de vida y las presiones del sistema generan en las personas un doble estándar: se siente una cosa, se piensa otra y se actúa de una tercera manera. Esa dificultad en la coherencia para expresarnos congestiona este quinto centro.

Desde el año 2007 se celebra en el mundo cada 25 de mayo el Día Internacional de la Tiroides, gracias a la iniciativa de la Thyroid Federation International (TFI), formada por entidades científicas especializadas de Europa y Estados Unidos.

En una de sus recientes versiones se dio a conocer un preocupante estudio elaborado en cinco países de Europa (España, Alemania, Austria, Francia y Polonia), entre mujeres de 18 a 44 años. Casi el 50% de las consultadas afirma no conocer nada sobre los cambios en su cuerpo; el 68% asegura que nunca habían oído hablar de tiroides; y un 60% ignora sobre el potencial riesgo que suponen los desórdenes tiroideos en los embarazos (ver recuadro).

La Sociedad Chilena de Endocrinología y Diabetes (Soched) subraya dos aspectos clave para identificar problemas de la tiroides: poner atención a síntomas y a trastornos.

Dentro de los primeros, destacan uñas quebradizas, menor fuerza muscular generalizada, ritmo cardíaco más bajo, cansancio, respuesta refleja más lenta, menor capacidad de memoria y concentración, sueño durante el día y cambios de ánimo. En cuanto a los trastornos, se recomienda poner atención en: colesterol alto, hipertensión arterial, déficit atencional, infertilidad y variaciones menstruales.

No hay que olvidar que, como canta Fito Páez, en cada una de las funciones de la tiroides “se proyecta la vida”.

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