Género, memoria, etnia y territorio son los principales ejes por los que circula la potente literatura de Ivonne Coñuecar. A través del ensayo, el relato y la poesía, la escritora nacida en la Patagonia chilena ocupa un importante lugar en el ámbito literario nacional.
Con su trilogía poética «Patriagonia» (Lom Ediciones), por ejemplo, presenta una profunda reflexión existencial a partir de la geografía y de la historia, reuniendo los textos “Catabática”, “Adiabática” y “Anabática”, que componen una intensa sinfonía lírica.
Por su parte, la novela «Coyhaiqueer» (Ñire Negro) reúne de manera acertada y dinámica temas de género y memoria, con un relato generacional dinámico y sorprendente. Por este libro -de hecho- recibe el Premio Municipal de Literatura de Santiago 2019, lo que se suma a otras distinciones obtenidas por su escritura: becaria del Taller de la Fundación Pablo Neruda y Medalla Fernando Santiván (Universidad Austral de Chile), entre otras.
Con todo ese bagaje, Coñecuar lleva adelante en estas horas de pandemia un atractivo taller literario on line. Lo desarrolla desde la ciudad argentina de Rosario, en donde reside gracias a la Beca de Perfeccionamiento del Fondo del Libro, dedicándose a la investigación sobre Literatura de Hijos, chilenos y argentinos, memoria en narradores contemporáneos.
“Recomiendo el taller sólo si el deseo y la voluntad están dispuestos para un acompañamiento en la escritura. Trabajo con un formato personalizado en el que converso con cada persona interesada antes de iniciar las sesiones. No se trata de una entrevista o una postulación, sino que es una instancia en la que las personas conocen mi forma de trabajo y se definen temas, se da también el caso de muchos que llegan con un proyecto ya pensado o avanzado”, explica la escritora.
Dice que se trata de un espacio abierto con una estructura flexible, comprendiendo que la escritura, si bien es un oficio, «está también cruzada por la vida y la emocionalidad».
De acuerdo a eso, ¿cómo debiera quedar la persona que siga tu curso una vez que termine? ¿Qué debería quedarle, según tú, como corolario definitivo?
– El taller es una invitación a indagar en las emociones y experiencias para la escritura, una invitación a leer el mundo y los lenguajes. Es un proceso constante, vivimos sumidos en un mundo que nos exige rutina y de pronto no sabemos bien por qué hacemos lo que hacemos, entonces este dispositivo lo pensé, cuando comencé hace tres años, como un espacio de libertad, donde alguien se pueda expresar libremente y que vaya descubriendo y ampliando espacios y miradas desde su propia escritura. Mi idea es que cuando desee terminar las sesiones, cuente con las herramientas necesarias para este oficio.
No enseño técnicas, acompaño en la escritura, invito a leer el mundo, sus signos y -en ese ejercicio- se va encontrando una voz, un estilo, en el que se aprende a corregir y a editar textos propios. Es un espacio donde genero una cercanía y voy también conociendo personas maravillosas a las que los insto a explorar y creer en todo aquello que las estructuras nos han impedido, como -por ejemplo- que escribir es para algunos. Creo que todos y todas tenemos algo que decir y que, además de la oralidad, tenemos la escritura.
¿Cuáles son -a tu juicio- las principales ventajas de un taller?
– Se avanza en el conocimiento, en la historia y memoria personal, esa observación ayuda a abrir la sensibilidad y a sentir un lugar propio. La revisión de lecturas de distintos estilos y autores, países y épocas, se convierten en un viaje del que se van tomando también las experiencias que colaboran en la escritura. La capacidad de recibir comentarios sobre la propia obra, que es tan íntima y a veces nos empeñamos en dejar todo tal cual, se vuelve un lugar de diálogo: escribir también involucra un ejercicio de crecimiento y desarraigo que es corregir y editar.
** Informaciones sobre el taller a través del correo escriturayedicion@gmail.com
** También en Instagram: @escriturayedicion_ic