Ricardo Larraín, el destacado cineasta chileno, también fue poeta: Así lo recuerda la escritora nacional Teresa Calderón

“Somos nueve. Quemando una etapa, poniéndonos zapatos, tratando de encajonar la adolescencia y su retórica chascona, dejándonos crecer el pelo y las polleras, fundando un club con los compañeros de patio en la Universidad Católica que nos ampara.

Viejos ya para los trabajos manuales rotulamos el encuentro con el nombre de taller y somos nueve errores del discurso, quizás. ¿Qué podemos decir? ¿Qué nos está permitido? Hipotecar la conciencia para obtener la intimidad?.

Dolorosamente jóvenes, a veces, de vez en cuando, parados en medio de un total día lunes en la mañana, sin mirarnos uno por uno, nueve estacas de la rebeldía tipiando empecinadamente nuestro derecho a la palabra.

Uno por uno, cada uno.

Todo sería tan fácil de no ser como es. Si, por ejemplo, pudiéramos pensar al unísono, redactar manifiestos, construir una plataforma, desenterrar una receta de cocina para instalar un restorán criollo que no trabajara a pérdida. Sería magnífico reflotar una nave romántica que no hiciera agua por todos lados y llenarla de guirnaldas, aves exóticas, arengas. Sería magnífico.

Sin embargo sólo nos está permitido el silencio. Una encogida de hombros antes de la carcajada; antes de entregar las herramientas ponemos por delante un signo de pregunta que no se sabe cuándo será de exclamación. Nos reúne sólo una extrañeza.

Somos nada más y nada menos que el deseo reprimido de la coherencia, herederos de la desconfianza, somos “uno por uno”, llenos de faltas de otrografía, un intento subterráneo de fe que entregamos a los más objetivos y peritos:

“Nueve: Uno por uno”: Teresa, Mili, Álvaro, Ricardo, Marcelo, Carlos, Francisco, Natacha y Enrique”.

Todo el texto anterior es lo que el cineasta chileno Ricardo Larraín  desarrolla como palabras preliminares en una publicación colectiva poética, autoproducida en el taller literario formado por alumnos de distintas carreras de la Universidad Católica a finales de los años 70.

Dirigido por los escritores Roque Esteban Scarpa y Alfonso Calderón en el Campus Oriente, después de tanto “tallerear” pudimos escribir nuestros poemas y exponerlos ante el grupo cada jueves de 07:00 a 09:00 AM. Se esperan las críticas con ansiedad y cierto temor, para cerrar en el bar de la esquina y seguir estando juntos.

El reconocido editor de libros Carlos Nascimento se entusiasma y se la juega por estos jóvenes que han defendido y ejercido su derecho a la palabra en los peores tiempos de la dictadura militar en Chile.

Entonces se publica en el año 1979 “Uno x uno: Algunos poetas jóvenes”. Y nos abrazamos celebrando en el patio de la universidad por nuestro libro, felices con la evidencia de que ya somos poetas publicados. Sin embargo, Ricardo Larraín, titulado en la Escuela de Teatro, Cine y TV como director artístico con mención en cine, ya ha publicado en 1977 su libro “14 poemas”.

Larraín es el más joven del grupo. Cuando en marzo de 2016 parte de este mundo “Uno x uno” queda desolado y el patio universitario más vacío. Las palabras se esconden, las ideas se revuelven y las emociones se confunden.

Entonces retoma con inusitada fuerza el recuerdo que se instala en presente que es pasado y también futuro. Y ahí estamos otra vez celebrando los Años Nuevos en la casa de la Mili donde bailábamos hasta el amanecer; o resolviendo asuntos de “magna importancia” en la casa de la tía de Ricardo, Maruja Pinedo, o en mi casa de Callao 3737 o en la casa de la Natasha.

Viene también el Toesca, en el centro de Santiago, el único cine-arte que existe en esos momentos, donde vamos religiosamente cada noche de viernes a impregnarnos de directores italianos, Vittorio de Sica, Federico Fellini, Ettore Scola, Luchino Visconti, Roberto Rosellini, Michelangelo Antonioni…

O los franceses, François Truffaut, Alain Resnais, Jean-Luc Godart o el gran sueco Ingmar Bergman. Salimos caminando de esas experiencias llenos de preguntas e ideas que terminan siendo comentadas en alguna cafetería del centro hasta que cierren y tenemos que partir para encontrarnos el próximo lunes, “uno por uno y cada uno”.

Memorable es la fiesta que el grupo improvisa el día en que Ricardo Larraín recibe su título, el primero de todos. Fue en la casa de Mauricio Concha mientras sus papás duermen en el segundo piso y nosotros abajo, beber, hablar, reír y saber que ya comenzaba el fin de la universidad para todos.

Al día siguiente el padre de Mauricio encuentra a una “multitud” de chascones durmiendo en los sillones o bajo las alfombras y un compañero encerrado en el baño porque se había quedado dormido y parece que hubo que echar la puerta abajo para sacarlo y acostarlo por ahí hasta que saliera del coma.

En la misa por el funeral de Ricardo, me acerco a su viuda y me dice que él había estado recordándome (¿seré la próxima?). Nos queríamos y nos queremos todos, tanto, como en la película que habíamos visto una y otra vez: “C’eravamo tanto amati” (“Nos habíamos amado tanto”) con Nino Manfredi, Vittorio Gassman y Stefanía Sandrelli…

Así «uno X uno, todos nosotros»: Teresa Calderón, Mili Fischer, Álvaro Inostroza Bidart, Ricardo Larraín, Marcelo Mellado, Carlos Pérez Villalobos, Francisco Rodríguez Parry, Natasha Valdés y Enrique Vega Marambio.

Entonces quedamos hasta el viernes en el Toesca de la próxima vida, querido Ricardo. Hoy 27 de octubre es la fecha de tu cumpleaños.

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Ricardo Larraín tomó esta selfie cuando nos encontramos por casualidad/causalidad en el Jumbo justo en el día de mi cumpleaños un 30 de marzo. «Hay que celebrarlo, Tere, dijo y pidió un pastel, una vela y fósforos».

Me cantó el cumpleaños feliz y me hizo soplar la vela y pedir un deseo. Yo pensé en que no quería que mis amigos y la gente que amo jamás murieran y soplé. FALSO. Los deseos jamás se cumplirán.

 

 

** Poemas de Ricardo Larraín

Tus ojos que son mis orejas

Cuando te necesité decir que lindos que tus ojos que son
mis orejas que dulces que son necesarias
algunas sentencias de amor.

Tu comiste maní
hiciste sonar el gaznate
bebiste
limonada haciendo sonar el gaznate
suspiraste y apaga la luz buenas noches.

 


Currículum Vitae

Mi problema es conmigo mismo
siempre quise ser pianista
pero me como las uñas desde chico.
Nunca pude dejar de hacerlo
y ya no me quedan dedos.

Sufro mucho
porque el buen oído no se pierde
y no puedo morderme las orejas.
Por ahora
estoy siguiendo un curso de yoga.


Escena central

FARSANTE EN HORAS DE OFICINA.
PEINADO A LA GLOSTORA.
EN MANGAS DE CAMISA Y CORBATA.
COQUETEA
CON VENDEDORA AMBULANTE DE LIBROS.

HUÉRFANOS TRES DE LA TARDE.
RESTORÁN DE ENERO.
TOMA ONCES FLACA MUY PINTADA
CON FLOR MARCHITA EN LA SOLAPA.

CIERRA UN OJO AL HÉROE JURÍDICO.

SE VERIFICA ENCUENTRO DE VERANO.
BRILLANTINA
NO REPARA EN LAS ARRUGAS.

PALABREO.
CASO OMISO DE LA CASPA.
RISITAS.
TOMAN SENDAS GASEOSAS.

SE PRESUME QUE TODO TERMINÓ EN LA CAMA.


La camisa

Me venden una camisa.
No la quiero. No tengo plata.
Me la rebajan.
Demuestro mi indigencia
dándome vuelta el prepucio.
Aún así insisten. Que me la pruebe.

No quiero sin compromisos no puedo me voy.

Me cierran la puerta del local por dentro.
Me traen una torta de cumpleaños
y apago las velas.
El diálogo continúa a oscuras.
Me niego a dar las gracias.

Por nada. No hay de qué preocuparse.
A estas alturas me están pagando por aceptar.

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