(*) Antonio Da Rocha
El salto que hacen las escuelas de América Latina hacia prácticas pedagógicas mediadas por tecnologías ocurre improvisadamente y sobre la marcha debido a la pandemia global del Covid, con el fin de asegurar la continuidad del proceso educativo.
Durante años anteriores, sin embargo, muchas instancias educativas se autolimitan y rehúsan a considerar tecnologías en esta área por mantenerse leales a viejos paradigmas, que hoy quedan obsoletos.
Antes de la pandemia en América Latina no más del 3% de las escuelas de educación de primera infancia aplican tecnología en sus aulas. El escenario cambia de manera abrupta con el Covid y el ingreso al mundo digital se acelera intensamente.
La educación preescolar y pre básica hoy vive en tres tiempos distintos. Por un lado, existen aulas configuradas bajo las dinámicas del siglo XIX, es decir, un espacio en el que hay niñas y niños sentad@s -un@s detrás de otr@s- para escuchar a una persona (educador/a) que tiene la verdad y es quien dice lo que hay que hacer.
Sin embargo, l@s estudiantes están experimentando un choque cultural, porque sienten que bajo este modelo de escuela análogo no aprenden mucho, tienen expectativas distintas y están inmersos en un mundo donde la información es clave y rápida.
Al otro lado están l@s educador@s del siglo XX, formad@s bajo un esquema del siglo XIX, que no logran conectar con esta nueva generación que parte de un paradigma muy distinto que el de los años 80 ó 90, tiempos en que quien tenía la información tenía el poder. Hoy el poder está en quien comparte la información.
Si bien la pandemia acelera el ingreso de la educación digital en la primera infancia, las escuelas emplean tecnologías que no están diseñadas para niñas y niños de esa edad. No es lo mismo utilizar una videoconferencia de media hora de duración ante un niño de 12 años que ante uno de 6. Los tiempos de atención varían, el desarrollo cognitivo y emocional debe estar adaptado a la tecnología.
Desde hace casi una década que en PlelQ desarrollamos tecnologías diseñadas especialmente para la edad temprana. Además de contar con el respaldo de Unicef, uno de nuestros grandes aliados en esta tarea es la empresa chilena Caligrafix, lo que nos posiciona de manera positiva en el mundo en educación aumentada.
Así, ofrecemos a l@s menores una experiencia inmersiva frente a una pantalla de sólo un 10%, mientras que el resto del aprendizaje lo obtienen mediante un elemento en su entorno real como un cuaderno. Así, lo digital se complementa con lo análogo.
Bajo esta dinámica, niñas y niños de primera infancia puedan aprender, cumpliendo con los criterios establecidos para una educación digital temprana, efectiva y segura:
– Aprender jugando.
– Aprendizaje autónomo.
– Sin desconectar al niño o niña del mundo real.
– Con recursos de trazabilidad que le permiten al profesor o a los padres estar al tanto de los avances del menor.
– Responsabilidad explícita del uso de la pantalla.
Junto a Caligrafix también nos hemos unido a la Universidad Santo Tomás para llevar adelante la segunda versión del Congreso de Innovación en Educación Inicial (CIEI) que convoca a reconocidos especialistas de México, Colombia, Estados Unidos, Perú, Chile, Venezuela y España.
La actividad se desarrolla durante los días 25, 26 y 27 de agosto entre 9:00 a 18:00 horas, es ciento por ciento online y su inscripción es totalmente gratuita para todos los educadores y educadoras de pre básica y otros profesionales vinculados a la enseñanza y atención de niñas y niños en la primera infancia.
De manera paralela, el congreso incluye un espacio inmersivo en el que organizaciones patrocinantes e investigadoras e investigadores muestran sus innovaciones, recursos y propuestas a los asistentes, quienes se convierten en avatares y conocen las innovaciones presentadas desde otra perspectiva.
Todo está siendo abordado también como un aporte al Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 de la agenda 2030 que lleva adelante Naciones Unidas y que se relaciona con “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todas y todos”.
(*) El autor es director educativo del Congreso de Innovación en Educación Inicial (CIEI) y de PlelQ.
