Libro “Cincuenta sombras de Freud” analiza el amor y el sexo en las parejas

Con este intenso y entretenido trabajo la psicoanalista Constanza Michelson hace un interesante aporte a una temática compleja en la sociedad chilena. Si bien el título busca tomarse con cierto sarcasmo del éxito de la saga “50 sombras de Grey”, la autora propone un inquieto manual que reflexiona en torno a los múltiples problemas que tienen las parejas para funcionar, precisamente, como eso: una pareja.

Si bien la elección del “otro” siempre es compleja y cuidadosa, Michelson analiza los porqués del “status quo” en términos de relaciones humanas, primero, y en alcanzar una proyección, después.

La obra del sello Catalonia está dividida en dos partes: amor y sexo. Y la autora hace el análisis de cada capítulo a base de la experiencia en su consulta profesional, desde sus propias vivencias y desde lo que dice el psicoanálisis.

Con un lenguaje directo, simple y rápido de leer –que, por cierto, incluye chilenismos bien aplicados, lo que genera una necesaria cuota de humor- al tratar el tema del “amor” se relatan los conflictos internos de hombres y mujeres -de varias edades- que intentan vivir en pareja, en una dinámica que busca generar una historia y en donde el amor esté presente durante todo el trayecto de un viaje que se sabe cómo comienza, pero nunca cómo termina.

Michelson asegura que el tema de fondo de cada ser humano es el amor o la falta de él. El vacío de una madre cariñosa, un padre ausente, un marido distante, etc. El ser humano, independiente de su género, existe, gira y sueña con el amor, en cualquiera de sus formas y expresiones. Aunque muchas veces no se pueda reconocer. O no se quiera.

¿Por qué resulta tan difícil, entonces, encontrar eso que se busca? Porque la sociedad está compuesta por personas que son dominadas por sus miedos, fobias, psicosis, traumas y estereotipos. En medio de eso, surge el temor de mostrarse tal cual se es por diversos tipos de inseguridades, lo que hace imposible ser honestos con el otro y, claro, consigo mismo. Resulta más fácil fingir que no se necesita a nadie.

Constanza Michelson

En ese contexto, surge otra variable que la autora sólo desliza, pero no profundiza: la falta de comunicación entre las personas. Se trata de una dinámica compleja, en medio de una sociedad de apariencia “exitista” que obliga a tomar el discurso de lo “socialmente correcto” y no de lo que realmente se busca y se quiere.

La falta de comunicación en ese contexto genera lecturas falsas del otro.

El sexo

En muchas relaciones el fin del deseo sexual termina en un quiebre. Puede haber amor, pero ya no hay pasión. Y esa falta de goce lleva al consumo del porno y de los accesorios eróticos que prometen un éxito seguro, pero que no aseguran una continuidad en la relación.

Aquí también están presentes los estereotipos. Se supone que a los hombres les gustan las “locas” para una noche desenfrenada, pero no se casan con ellas. Buscan mujeres “madres” para crear una familia. Es decir, habría una disyuntiva entre amor y sexo, aparentando que no pueden ir juntos. O al menos algunos hacen esa separación.

La publicidad y las notas de prensa llenan páginas con el rol que ha asumido la nueva mujer empoderada, que vive el sexo libre. Cada noche un amante, sin miedos ni traumas. A eso se suma que recurre a la silicona no por ellos, sino que por ella misma.

El sexo resulta transable como cualquier commodity. Ya no va asociado al amor. Y claro, puede ser válido, pero a los 40 años si una mujer no está casada o no tiene hijos es porque tiene un problema. Y es ahí donde se ve enfrentada a sus fantasmas y se arrepiente de haberse convertido en la chica cool que todo hombre deseaba. Ninguno de esos amantes furtivos la escogió para casarse o formar una familia.

No es un misterio que el sexo para hombres y mujeres es distinto. Y a la que quiera jugar a ser “macho”, sale perjudicada. Porque bajo la premisa de buscar ser “objeto del deseo”, en el fondo aspira a ser amada. Y claro, hay hombres que les gusta tener a la “chica trofeo”, pero no necesariamente es para amarla y proyectarse con ella.

Comunicación efectiva

Las relaciones humanas son complejas, qué duda cabe. Y este libro ayuda a entender el comportamiento de los otros y de uno mismo. En una sociedad donde cada vez se habla menos mirándose a los ojos, la comunicación parece ser lo que realmente falta en todo orden de cosas.

Para quien escribe estas líneas una buena comunicación ahorra sesiones de terapia. Y en ese sentido, “50 sombras de Freud” es un aporte.

Aunque en alguna edición se escapen errores molestos en el texto, lo cierto es que la propuesta de Michelson está presentada de manera atractiva y clara, ahondando en problemas que pocos se atreven a enfrentar.

Desde el resguardo de la privacidad, las personas pueden mirarse en un espejo profundo, en una perspectiva que –quizás- antes no habían visto. Se trata de un análisis que resulta constructivo y que le viene muy bien a hombres y mujeres por igual. Aunque, eso sí, está claramente escrito desde lo femenino.

Curiosamente, la obra de Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis y que ha sufrido de tantas versiones, reversiones y manipulaciones, surge gratamente revisitada en este libro.