El británico James Rhodes es considerado uno de los más eminentes concertistas de piano de la actualidad mundial y un gran renovador de la música clásica.
Sin embargo, su historia va mucho más allá del talento y esfuerzo aplicado a la música. Él logra convertirse en uno de los más grandes en su género a pesar de ser víctima de abusos sexuales durante su infancia.
En estas crudas memorias -que distribuye el sello Catalonia en Chile-, Rhodes da cuenta de los horrores que vive desde los seis años de edad y de cómo la música logra salvarle la vida.
“Es muy probable que este libro los remueva bastante si han vivido episodios de abusos sexuales, autolesiones, ingresos en algún hospital psiquiátrico, consumo de drogas o intentos suicidas”, advierte el autor en las primeras páginas.
Resiliencia
Con una banda sonora conformada por composiciones musicales elegidas por el autor –entre las que destaca Bach, Schubert, Beethoven y Chopin– la narración se inicia en el colegio privado Arnold House, al noroeste de Londres.
En ese lugar, a los cinco años James Rodhes se encuentra con el hombre que destruye su vida: Peter Lee, el entrenador de boxeo del establecimiento.
“Me utiliza, me destroza, me manipula y me viola desde los seis años. Una y otra vez, durante años y años”, recuerda.
El pianista esquiva los detalles de los abusos, pero a lo largo de los pasajes de su vida que revela en este libro, ahonda en las secuelas de las agresiones sexuales sufridas en su infancia, y que logra relatar por primera vez después de treinta años.
Su gran salvavidas: escuchar una cinta de Johann Sebastian Bach. “Es un hecho irrefutable que la música me ha salvado la vida de una forma muy literal”, asegura.
A pesar de sus fantasmas, Rhodes es el primer pianista clásico que firma con un sello discográfico de rock (Warner). Hoy tiene 40 años y sigue encantando con su talento a los seguidores de su música a lo largo del mundo.
