Por los «caminos de la vida», como canta Vicentico, siempre se puede encontrar gente “especial”, de esa que le complica el diario vivir a los otros. Puede ser un supuesto amigo, una pareja, un jefe, una pariente, un vecino, una compañera de trabajo, las posibilidades son amplias, variadas, mezcladas y también solitarias.
Están por todos lados. Y el autor de este libro, un psicólogo argentino de origen griego, entrega lecciones de cómo tratarlos, de manera que eso no signifique entrar en conflicto directo con ellos. Tampoco implica encerrarse en una burbuja.
Estos personajillos tratan en forma reiterada, y por todos los medios, de boicotear los sueños de los demás. De ahí la importancia de saber llevarlos, ponerles límites y no dejarlos entrar en la intimidad. Esta es la principal premisa que plantea el autor para evitar que esta variada y omnipresente “gente tóxica” logre su objetivo.
En quince capítulos plenamente integrales, pero posibles de leer por separado, se entregan las características y perfiles que tienen estas personas tóxicas. Junto a ello el autor despliega en poco más de 230 páginas una serie de tips útiles para no dejarse llevar por la energía negativa que despliegan y, aunque suene extraño, salir fortalecidos de esas relaciones.
Tóxicos hay de todos los tipos y de las más amplias características, en género masculino y femenino: envidiosos, los que siempre culpan a los demás, agresivos verbales, mediocres, chismosos, falsos, neuróticos y manipuladores, por nombrar sólo algunas tipologías.
Lo increíble es que no importa en dónde se lea el libro ni el idioma, esta “gente tóxica” está por todos lados. Es posible encontrarlos en cualquier grupo humano, en cada empresa, pueblo, ciudad o país. Siempre por ahí pulula alguno haciendo “su trabajo”.
Sin darse cuenta, muchas veces se les da -a la voz de los demás- un valor e importancia que no merecen. Son frases falsas que se toman como verdaderas. Es necesario tomar el control de la propia vida y no dejarse engañar, subraya el autor.
Una vez libres de esas falsas verdades, se puede emprender un proceso de desintoxicación mental, emocional y espiritual para poder ser la mejor y única versión de sí mismo.
