Debe haber algo en los genes británicos que los hace mortalmente contradictorios. Es la típica partida de caballo inglés y la llegada de burro. Es cosa de ver lo que pasó con el Brexit, no más.
Aquí en las entrevistas de trabajo que me ha tocado participar, por ejemplo, se fijan mucho en lo “bubbly” o «chispeante» que uno puede ser, especialmente, si se trata de atención al cliente. Y bueno, yo me gané mi trabajo gracias a mi actuación de la extranjera con acento y que parece ingenua.
Con los años que llevo aquí, ee aprendido que es mejor fingir que no has visto nada y sólo trabajar más duro que el resto. Y aunque siento que soy casi invisible, lo cierto eso me da el mote de “confiable”.
Siempre he admirado a esas personas que se hacen notar desde el primer día en las entrevistas de trabajo. Criaturas con una personalidad exhuberante que atraen miradas; los “amigueros”, esos que tienen más de mil contactos en Facebook, los que siempre tienen qué hacer y deben consultar su agenda para ver si tienen tiempo para tí. ¿Cómo lo hacen? ¿Cuál es el arma secreta que usan?
El otro rasgo definitorio de estos caracteres es que no se guían por los códigos sociales comunes. Y aquí no estoy hablando de los “escaladores” o ambiciosos que tienen todo calculado para nunca quedar mal con nadie, aunque todos sabemos que le lamieron las botas a los indicados para llegar donde están sin trabajar mucho.
Esta gente, con encanto innato, siempre se las arregla para arruinar su propia vida con algo estúpido o evitable. Es lo que se llama un “train wreck”, un tren descarrilado que va a su destrucción. Uno incluso les advierte lo que les va a ocurrir, porque es tan obvio, que tanta insensatez llega a ser conmovedora.
Lo que sí envidio es que al parecer, estos “errores” no ensucian su pasado. La verdad es que tengo jefes bastante comprensivos. Me pregunto si sería el mismo caso en Chile y me parece que no. Aquí, como en el baseball, les permiten tres strikes y luego, fuera.
Por ejemplo, tengo una compañera de trabajo que llegó con bombos y platillos como bartender estrella de 19 años. Sin embargo, varias veces llama diciendo que está “enferma”, sin prueba médica, lo que me sorprende porque aquí varios llaman el mismo día para decir que no pueden trabajar y no aparecen sin explicación alguna.
Segundo, fue vista besando a uno de los huéspedes del hotel durante horas de trabajo: estaba sirviendo una pinta de cerveza, el tipo la desafió a besarlo en la boca y ella lo hizo.
Tercero, se ha presentado en dos ocasiones en estado de ebriedad o, en buen chileno, curada como piojo. Y ahí, parada detrás del mesón del bar a vista y paciencia de huéspedes durmiendo la mona.
Cuarto, ha acosado sexualmente a uno de sus compañeros de trabajo, que es casado.
O sea, ya lleva más de tres strikes y ahora sólo tiene un “warning” (advertencia escrita). Como pareciera que la gerencia del hotel está loca, la van a nominar como “Star of the Month” (estrella del mes), como la trabajadora más aplicada de esta región para motivarla a cambiar.
Un día me llamaron desde mi trabajo para preguntarme quién había subido a Facebook una fotografía de una de mis compañeras de trabajo borracha e inconsciente sentada detrás del bar, al lado de la máquina lavavajillas durante la mañana del 1 de enero.
Nunca pensé que la cosa iba a ir más lejos que ella usando zapatos que no combinaban con el uniforme, ser más locuaz que de costumbre (contó a quien quisiera escucharla que no sabía con cuántos hombres se había besuqueado, pero sí recordaba que uno había sido el barman) y que muchos de nuestros huéspedes sí la habían reconocido de la noche anterior…ya que habían estado en el mismo local emborrachándose. ¡Encantador!
Como las nuevas generaciones no pueden vivir sin el i-phone o el smartphone y toda imagen es digna de subirse sin pensar en consecuencias y resulta que la gerenta de Operaciones del grupo empresarial, algo así como el Señor Mandiola del Jappening, se tropezó con la sorpresa en la red social.
Creo que la persona que subió la fotografía fue la nueva gerenta del restaurant, una chica de 21 años, quien era precisamente la responsable del turno. No fue una movida inteligente, claro está, porque lo raro del asunto es que la fotografiada no va a recibir castigo, pero sí quien subió la imagen.
Definitivamente estos británicos saben cómo autosabotearse en forma legendaria cual Fawlty Towers, esa gran comedia con John Cleese. Cheers!
(*) La autora es periodista chilena y vive en Londres.