Dueño de un crudo tono pastoso, que a -a la vez- resultaba melódico y testimonial de un espíritu, la voz de Scott Weiland siempre llamó la atención.
Mientras la industria musical de los años 90 se desvestía por propuestas como Nirvana o Pearl Jeam, Stone Temple Pilots (STP) resultó ser claramente el grupo que no hay que dejar de escuchar para entender completamente por qué el sonido grunge remeció tanto al público y a los medios.
Canciones intensas como «Plush», «Sex type thing» e «Interstate love song» ubican a la agrupación en la línea de fuego de los años 90 en Estados Unidos y a su vocalista en la palestra de las voces talentosas y prodigiosas del rock.
Primero bajo el nombre de Mighty Joe Young, la banda forjó su sonido y búsqueda en los más variados escenarios de San Diego. Hasta que en el año 1990 optan por llamarse de la manera como lograron la fama.
Nacido el 27 de octubre de 1967 en Santa Cruz (California), Scott Weiland formó parte de STP cuando el grupo tocó cielo con discos como «Core» (1992) y «Purple» (1994). Complicado siempre por el consumo de drogas, además de no solucionar variadas desaveniencias al interior del grupo, el talentoso vocalista -finalmente- abandona la formación el año 2013.
Con variados discos como solista (como el interesantísimo «12 bar blues», la sorprendente «Compilation of Scott Weiland cover songs» y «The most wonderful time of the year», entre otros), en los últimos años Weiland había formado su propia banda: The Wildabouts
A pesar de su innegable talento, el cantante convivió con sus propios demonios, especialmente relacionados al exceso de alcohol y sustancias. Su muerte tiene que mucho que ver con esa cornisa que siempre estuvo recorriendo.
La información de su deceso el jueves 3 de diciembre de 2015 fue dada a conocer brevemente a través de redes sociales por su esposa. El músico se encontraba realizando variadas presentaciones con The Wildabouts por Estados Unidos y fue encontrado muerto en el bus que lo transportaba. La gira andaba en la ciudad de Minesota.
Fuentes policiales comentaron en medios de prensa que se habían encontrado junto a Weiland pastillas de benzodiazepinas, viagra y medicamentos para tratar el trastorno bipolar.
La oficina forense del condado de Hennepin, en Minessota, estado donde murió el cantante, fue más enfática: la muerte del talentoso cantante fue producto de una sobredosis por mezcla de varias drogas, cuyos restos fueron identificados en su cuerpo: cocaína, MDA (un análogo sintético del éxtasis) y alcohol.
Weiland –además- padecía aterosclerosis, variedad de la arteriosclerosis, enfermedad en la que se deposita placa dentro de las arterias. El cuadro puede causar problemas graves, como ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares o derrames.
Su deceso marcó hondo a la generación de los años 90. Si bien el héroe visible de esa película es Kurt Cobain, Weiland ocupa un honroso espacio secundario en el que su prodigioso talento quedó un poco fuera de los medios, pero muy presente en quienes conocieron del potente sonido de STP.