La inmigración es otro de los fenómenos profundos que comienzan a explotar en los últimos tiempos en Chile. Tal como la educación o la previsión, es a través de las expresiones sociales y no desde los líderes la manera en que estas dinámicas comienzan a hacer ruido en ámbitos públicos.
Ya sea de mala o buena forma, Chile empieza a acusar recibo de la llegada de extranjeros no ya desde el lado mítico como lo fue la presencia de los europeos en el sur de Chile, por ejemplo, sino que ahora en los lugares más cotidianos en donde el país se encuentra a diario con rostros y lenguajes diferentes.
Se trata de un fenómeno que, lógicamente, genera múltiples implicancias, en un contexto en el que Chile surge también con aires mitológicos como una tierra de oportunidades para los extranjeros, quienes -al llegar- se encuentran con realidades muy diferentes a las imaginadas.
El director Luis Guenel, de la compañía teatro Niño Proletario, encabeza un profundo trabajo investigativo de campo, desde el cual se elabora un proyecto escénico a base de historia, literatura y sociología, con un resultado sorprendente e inquietante.
Aunque sin mucho texto, “Fulgor” es una obra que invita a un diálogo. Desarrollada a partir de una serie de cuadros escénicos de corta duración y en constante transformación, la migración es exhibida desde perspectivas variadas, cotidianas e intensas.
Esta sexta obra de la compañía contiene escenas sólidas en torno a una realidad que se vive todos los días y que aún no se enfrenta con los elementos que se requiere.
** Visita el canal Youtube de la compañía de teatro Niño Proletario