En tiempos en que un empresario de aires mesiánicos logra la primera magistratura de una de las potencias del mundo y que –en el ámbito ya más local- es posible ver cómo Andrónico Luksic, el patriarca de una de las familias más millonarias de Chile, se comunica jovialmente con la comarca a través de Twitter, parece un momento preciso para reflexionar sobre el poder, desde la óptica del poder.
Algo así debió haber pensado el reconocido dramaturgo Marco Antonio de la Parra al escribir una obra como «El amo», puesta en escena arriesgada que -dada la temática, los recovecos que toma y la crudeza de su estructura- tenía no pocos riesgos de terminar en un proyecto lamentable y desorientado.
Pero no es el caso. Para nada. La escritura del texto es realmente de lujo, dando cuenta de uno de los dramaturgos más interesantes de las últimas décadas, en un período de notables nombres en la escena local.
La dirección de Sebastián Vila es acertada y precisa, en un monólogo que incluye canciones y falsos ejercicios de rompimiento de la llamada “cuarta pared”, cuando el personaje le habla directamente al espectador.
Y la actuación de Alex Zisis es –sencillamente- notable, de una altura sobresaliente y de una pulcritud admirable.
No sólo por llevar el peso de 60 minutos de la obra, sino porque encarna de manera efectiva las diversas capas que va exhibiendo sutilmente el texto y que son intensamente concéntricas, relacionadas unas con otras, sucesivas, continuas o anteriores y que, cual tragedia griega, se van yuxtaponiendo.
El multimillonario -el amo- quiere contar su exitosa vida y en esa dinámica derrocha sarcasmo y va poniendo el dedo en la llaga de lo que es la sociedad de hoy. La sociedad moderna, en términos conceptuales, pero –por cierto- la sociedad chilena para más señas.
Y lo que es una especie de coaching sobre el éxito se transforma en una reflexión certera desde el teatro, sobre los caminos falsos que se han prometido en el curso de la historia y que todavía se aceptan.
Aunque en su propuesta el amo se ríe de las estructuras teatrales, se mofa de los motivos artísticos, cada vez avanza en convertirse en un Edipo del siglo XXI que, si bien no cae en las mismas tempestades que el clásico personaje de Sófocles, sí va horadando su propio fin aunque intenta evitar las opciones, emociones o sentidos de los que dice defenderse, protegerse o aislarce.
Potente es de la Parra cuando escribe desde el teatro. Cultísimo pero nada de pedante, se pasea por las temáticas clásicas del soliloquio dramático para plantearlas en un lenguaje moderno, de redes sociales, de internet.
Sorprendente es Zisis, que -en estas lides- demuestra ser más el actor que se fogueó en el Teatro Aleph de Óscar Castro en los años 70, que donde –probablemente- lo sitúa el imaginario colectivo, con sus exitosas apariciones en el ochentero programa de TV “De chincol a jote”.
Lo cierto es que Zisis es hijo del rigor. Mientras actuaba en el grupo teatral de Castro, se alejaba de sus estudios de ingeniería comercial. Tras el golpe cívico-militar optó por huir a Argentina y luego a Europa, volviendo al país a mediados de los años 80.
Además de re-incorporarse al teatro, logró espacios en la TV como “Teleduc”, programa en el que varios actores –como Claudia di Girólamo, Gabriel Prieto, Soledad Alonso, Cristián Campos y Luz Croxatto- pulieron un estilo intenso y bien jugado.
En “El amo” es posible ver toda la versatilidad y el talento de un actor que –aún hoy, en la medianía de su carrera y vida- es capaz de asumir un desafío complejo y cumplirlo con honores.
Se trata de una obra sorprendente, aguda, actual, intensa y potente que enorgullece por tratarse de una creación de puros talentos nacionales.
Con: Alex Zisis.
Autor: Marco Antonio de la Parra.
Dirección: Sebastián Vila.
Hasta el domingo 23 de julio
Teatro Universidad Finis Terrae.
Pocuro esquina Pedro de Valdivia.
Viernes y sábado, 21 horas; domingo, 19.30 horas.
Desde $3.500 a $7.000.
Estacionamientos gratis (por calle Amberes).
1 Comment
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Muy buen aporte. Gracias por compartirlo.