Cada año, son 5.000 los profesionales de nivel de ingenieros o técnicos que se requieren en Chile para el desarrollo de diversos requerimientos en las áreas de la ciencia y la tecnología, tanto a nivel público como privado. Hacen falta, no están, se trata -sin duda- de una brecha preocupante.
Si bien los centros de educación superior señalan que se encuentran trabajando para disminuir esa distancia en la formación, lo cierto es que en el momento presente Chile presenta una clave falencia en este punto.
«Con el capital humano existentente no nos alcanza para enfrentar temas de innovación o tecnología y, claramente, se trata de un desafío”, ha dicho Rocío Fonseca, directora de Start Up Chile.
A nivel público, la carencia se enfrenta con varias medidas, aunque dos resaltan como las más importantes: una, es la facilitación del ingreso al país de profesionales o técnicos que posean este tipo de estudios y quieran venir a trabajar ya sea a empresas ligadas al ámbito tecnológico (y que estén desarrollando tareas estratégicas ára el país) o en investigación académica. Es la llamada «Visa Tech».
La otra fase es enseñar a programar a los jóvenes de manera directa, ya sea en edad escolar o adolescentes. Es decir, no se trata de una formación profesional, sino que de una nivelación cultural.
En torno a la «Visa Tech», enfrenta de manera rápida a una solución que requiere de un plazo más largo. Los profesionales extranjeros que la reciban deben estar relacionados al Programa de Start-Up Chile en el sector de servicios tecnológicos; o que quieran ser dueños, socios o inversionistas de una empresa de servicios tecnológicos relacionados al programa de promoción de InvestChile (instancia de ProChile).
También puede postular todo profesional o técnico de las áreas de ciencia y tecnología (o quien posea connotada experiencia en innovación), que sean contratados como trabajadores dependientes o independientes por las empresas del sector de servicios tecnológicos, constituidas bajo los programas de Start-Up Chile, InvestChile o integrantes de Chiletec (entidad gremial que reúne a las empresas tecnológicas nacionales), bajo el patrocinio de la Subsecretaría de Economía.
En relación a los programas de enseñanza de programación, se llevan adelante los programas Becas Capital Humano de Corfo y Becas Laborales del Sence, las que imparten variados cursos o -incluso- ofrecen becas para estudiar un curso de Analista Desarrollador de Aplicaciones de Software.
“Queremos formar personas en una competencia del futuro, que genera empleabilidad y trabajos bien remunerados, con la capacidad de emprender y de trabajar part time o desde la casa, con jornadas laborales flexibles y ámbitos de desarrollo en una multitud de industrias de la economía”, subraya el vicepresidente ejecutivo de Corfo, Eduardo Bitran.
Sin duda, el desarrollo de una industria TIC (tecnologías de información) nacional implica un importante desafío social, cultural y económico para el país. En la actualidad, este tipo de compañías son las de mayor demanda y mueven importantes capitales a nivel mundial.