
(*) Javiera Arias, vicepresidenta Partido Ciudadanos.
Con el pueblo mapuche son siglos de fracasos -incluyendo décadas en democracia- en que no se han logrado soluciones. Parece quedar claro que cuando repetimos una y otra vez, la violencia sólo trae más violencia y el conflicto no parece tener fin.
Llega la hora en que las mujeres asumamos un rol en el diálogo para la integración con este pueblo, por cierto, matriarcal. Se requieren habilidades de empatía, conciliación, atención y respeto, las que –indiscutiblemente- han estado ausentes.
Olvidarse que esto sea algo como una “pacificación”, que por cierto nunca ha sido así, sino que ir en la búsqueda de acuerdos. Creemos firmemente que el camino de la represión y comandos Jungla sólo nos lleva al punto cero en el que hoy estamos, en el que se anhelan caminos diferentes.
Para que un proceso de paz sea exitoso, es necesario sentarse a la mesa sin complejos y sin pre-condiciones, apuntando a un histórico punto final. Para ello es fundamental la participación inclusiva de las mujeres, eternas postergadas en todos los conflictos.

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Los estudios sobre la resolución de problemas hoy en día apuntan a dos cosas: por un lado, inclusión y enfoque de derechos; y –por otro- enfoque de género.
La resolución 1325 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas insta a los Estados miembros a “velar porque aumente la representación de la mujer en todos los niveles de adopción de decisiones de las instituciones y mecanismos nacionales regionales e internacionales para la prevención, la gestión y la solución de conflictos” y pide a todos los que participen en la negociación y aplicación de acuerdos de paz “que adopten una perspectiva de género”.
Es por esta razón, que si bien se reconoce el esfuerzo por equiparar las desigualdades que existen en cuanto a este punto, todavía quedan espacios en el que las mujeres han sido históricamente desplazadas -como es el caso de la resolución de conflictos- y, en específico, en el conflicto de la Araucanía chilena.

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La sociedad moderna está obsesionada con el crecimiento económico y ese no puede ser el foco central del Plan Impulso Araucanía, promovido por el presidente Sebastián Piñera. ¿De qué sirve un desarrollo económico si no se puede disfrutar la paz? Rescatamos sí el germen de diálogo iniciado por el ministro de Desarrollo Social Alfredo Moreno.
Sin embargo, estamos en deuda. Debemos estar abiertos a hacer concesiones por una solución definitiva. Concesiones en todos los niveles. De representación de cuotas mapuches, de integración, de reconocer su pre-existencia y autodeterminación, de garantizar derechos territoriales, sociales y culturales.
Mujeres y hombres debemos actuar en conjunto porque queda demostrado que las búsquedas surgidas desde mandatarios y actores políticos tradicionales no han dado soluciones.

Foto: Diego Martín.
Darle oportunidad a las distintas voces de valiosas mujeres que participan activamente en la política, así como también otorgarles mayor relevancia a las representantes del pueblo mapuche, es una necesidad imperiosa si es que buscamos darle un enfoque mucho más humano y conciliador al conflicto histórico que hasta hoy no encuentra una salida.
Foto principal: Jorge Campos/ en Pinterest