El beso: Breve radiografía de una pasión

El beso y la acción que conlleva funcionan como detonante de un sinnúmero de mensajes neuronales y químicos capaces de transmitir desde consuelo y cariño, hasta atracción sexual, sin decir una sola palabra.

Desde el siglo VI deja de ser sólo una muestra de afecto entre madre e hijo, pasando a ser una expresión entre adultos que se expande desde Europa a casi todo el mundo.

«El beso»/ Theodore Gericault/ 1816-1817

Durante la Revolución Industrial se prohíbe como saludo público y también como muestra de amor entre parejas. Sólo a fines de los años 50 se comienzan a dar las primeras expresiones «rebeldes» frente a la censura y el beso empieza a ganar terreno en las calles.

Tierno, apasionado, atrevido, divertido o robado, el ósculo es una forma intuitiva de demostrar afecto, que transmite y comunica sensaciones debido a una extraña fuerza invisible que lleva a tocar los labios de otra persona.

En varios estudios se considera que los besos son «muy importantes para construir una relación». Para la escritora argentina Valeria Schapira, experta en relaciones humanas, «los besos no son un tema menor en una relación, sea ésta incipiente o de larga data».

«Cada beso tiene un significado particular de acuerdo al llamado lenguaje gestual y a cada cultura, pero de algo no existen dudas: cuando hay química entre dos personas, eso se nota en el beso”, enfatiza.

Un reciente estudio de opinión hecho por el sitio de citas on line Match.com (con respuestas de más de 700 usuarios de América Latina, 53% mujeres y 47% hombres) indica que el 73% de los encuestados considera un “beso apasionado” como el mejor de todos.

El 80% prefiere dar besos o recibirlos en la boca, el 14% en el cuello, 4% en la mejilla y sólo un 2% prefiere las orejas. El 83% responde que «todos los días» y el 14% opina que «dependiendo de la ocasión».

Casi el 40% de las personas encuestadas coincide en que el lugar «perfecto» para dar un beso es frente al mar.  Y ante la consulta “¿Qué se sientes cuando besas?”, tanto hombres como mujeres coinciden: casi el 60% dice “pasión”.

Con respecto a besos furtivos con personas que no son parejas, el 30% de los encuestados responde estar dispuestos a besar a personas extrañas, «dependiendo de la situación». El 37%, en tanto, dice que “no lo haría”.

Investigaciones recientes señalan que el acto de besar resulta un ejercicio cardiovascular saludable. El cerebro, en tanto, cuenta con neuronas que ayudan a que las personas encuentren los labios de la persona amada en completa oscuridad.

La zona cerebral que procesa el ejercicio del beso segrega oxitocina, la sustancia relacionada con el bienestar. Por eso, lo más seguro es que después de dar uno, se quieran dar más.

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