Cinco razones por las cuales es importante leer, según la escritora chilena Patricia Cerda

(*) Patricia Cerda

La reconocida escritora Patricia Cerda, autora de libros como «Mestiza» y «Violeta & Nicanor», dictó para el Día del Libro 2019 una charla en la Universidad de Magallanes. En la oportunidad compartió las cinco razones principales por las cuales -a su juicio- se debe leer.

Entretención, formación de capacidad empática, desarrollo de la intuición, conocerse a sí mismo y generación del espíritu crítico son los principales aspectos que destaca la autora, quien comparte el texto de la citada charla con los lectores de Cultura y Tendencias.

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Agradezco esta invitación de la Universidad de Magallanes a celebrar el día del libro con est charla. Hoy por la mañana, mientras me preparaba, reflexionaba sobre los aportes de la lectura en mi vida y he llegado espontáneamente a cinco razones para leer. Es lo que quiero compartir con ustedes hoy. Después me dirán si están o no de acuerdo.

1. Entretención

Primero que nada, el sentido de la lectura es la entretención. Leer es viajar con la imaginación a otros lugares y a otras experiencias de vida, salirse del aquí y el ahora para regresar enriquecido en la experiencia del lenguaje. La lectura debe ser entretenida. Como escritora es mi premisa principal. Entre-tener significa implicar al lector, seducirlo a aceptar la invitación a entrar en el mundo imaginado por mí. Eso solo es posible si mis temas tienen el poder de convertirse en sus temas.

Después de la lectura de una novela, el lector debe sentir que ha descubierto nuevos significados entre la potencialidad de significados que encubre el mundo. La novela debe saciar su sed de asombro.

En mis tres novelas he tratado de dar nuevas perspectivas sobre nuestra memoria cultural: la perspectiva de una mujer mestiza que vivió el siglo XVII en carne propia y tiene su propia versión de lo que fue el colonialismo (Mestiza). La perspectiva de los progresistas del siglo XIX, inspirados por el Romanticismo, que vivieron los años formativos de las repúblicas latinoamericanas (Rugendas) y la perspectiva de dos genios del siglo XX, como fueron Violeta y Nicanor Parra. Ellos nos enseñaron a vernos con otros ojos. Elevaron nuestra cultura mestiza a cultura universal (Violeta & Nicanor).

2. Desarrollar nuestra capacidad de empatía

Más allá del entretenimiento, la lectura ayuda a desarrollar uno de los potenciales más importantes de nuestro intelecto: la empatía. Todo texto literario nos invita a identificarnos con sus personajes y, en definitiva, con la visión de mundo del escritor que los creó. Al escritor lo hacen sus conflictos internos y externos, sus miedos, sus ilusiones, su sufrimiento, sus fracasos, sus posiciones ante la vida, su idea del Bien y del Mal y de la Justicia. Todo eso se refleja en sus textos, cualquiera sea el tema que escoja.

En una charla que di hace dos semanas en esta misma Universidad me referí a la estética en la metafísica de Arthur Schopenhauer, gran inspirador de escritores. Schopenhauer afirma que la substancia principal de la existencia es el sufrimeinto y que el egoísmo y la compasión son los impulsos fundamentales de nuestra conciencia. Ellos están diferencialmente distribuidos entre los seres humanos. El escritor inventa historias para mostrarnos cómo actúan estos impulsos en sus personajes bajo la influencia de los motivos que les presenta la vida.

3. Desarrollar la intuición

Todo lo que leemos entra al substrato subsonsciente de nuestra mente y se queda allí latente para salir en el momento en que lo necesitemos. El escritor francés Michel Houellebecq hace una interesante aclaración sobre este fenómeno de la intuición. Para él no hay ni misterio ni alquimia detrás de ella, sino momentos de tensión extrema del entendimiento en el cual los pensamientos se aceleran sin que las premisas y las pruebas pasen por la conciencia.

La intuición no es más que un instante de extraordinaria lucidez. No importa que olvidemos las cosas que hemos leído. Ellas están allí para cuando las necesitemos y vienen a la mente en forma de ideas frescas.

4. Desarrollar un espíritu crítico

Que los ciudadanos tengamos un espíritu crítico es fundamental en una democracia. Una democracia necesita de ciudadanos educados que la sostengan. Para afrontar los retos del futuro hay que conocer el lugar de donde venimos. Tener una visión global. Conocer nuestra tradición.

La literatura es un medio por el cual se transmite el conocimiento que una cultura tiene sobre sí misma. La tradición es un software metafísico. El primer poeta, Homero, fue antes que nada un copista de la tradición. Según el filósofo Peter Sloterdijk, la aparición de la escritura y la de los primeros imperios son fenómenos correlativos. Aún hoy las naciones europeas pueden ser vistas como clubes de lectura.

Una de las cuestiones importantes en un camino punteado de destrucción y guerras, como ha sido la historia de la humanidad, es quién guarda los libros almacendores de la tradición. En la Edad Media los libros eran artículos de lujo. Muchos cortesanos los tenían solo de adorno en sus castillos porque no podían leerlos. La mayoría de la población era analfabeta.

Se dice que el mismo Carlo Magno lo era, lo cual yo no creo. El círculo de personas que leían a los clásicos grecolatinos se mantuvo estrecho hasta el Renacimiento. Pocos compartían el pensamiento de Pedro de Blois, uno de los autores del códice Carmina Burana, cuando expresaba con vehemencia: «Que ladren los perros y gruñan los cerdos, yo seré siempre del partido de los clásicos. A ellos me voy a dedicar y todos los días y el amanecer me encontrará siempre estudiándolos». Por clásicos se refería especialmente a Homero, Platón, Aristóteles, Plotino, Virgilio.

Los mismos que en el siglo XII inspiraron a Bernardo de Chartres a asegurar que somos como enanos montados en los hombros de gigantes. Si podemos llegar más lejos que ellos con nuestra vista, no es por la agudeza de ésta ni por la altura de nuestro cuerpo, sino porque ellos nos levantan. La imágen de los enanos montados en los hombros de gigantes ha sido utilizada muchas veces. Newton volvió sobre ella.

Creo que sería un ejercicio interesante para los chilenos preguntarnos cuáles son nuestros clásicos, vale decir, los libros que mejor nos dan noticia sobre nosotros mismos. Los míos, y esto lo digo muy personalmente, son la novela Alhué de José Santos González Vera y los Poemas y antipoemas de Nicanor Parra.

5. Conocerse a sí mismo

Gnothi seauton, decía el oráculo de Delfos que la vida me dio el regalo de visitar hace tres años. Esta recomendación es muy antigua. Zoroastro afirmaba: «Quien se conoce a sí mismo, todo en sí mismo conoce».

Todo lo que somos capaces de conocer del mundo es lo que alcazamos a conocer de nosotros mismos. No hay conocimiento sin autoconocimiento o -dicho de otra manera- todo conocimiento es autoconocimiento. Cuando un texto literario nos gusta es porque nos dice algo sobre nosotros, porque alumbra algo de nuestro ser.

Acompañar a un personaje literario en su búsqueda de autonomía puede ayudarnos en nuestras propias búsquedas. Acompañar a un personaje literario en su reflexión sobre sus malas experiencias puede ayudarnos a encontrar el sentido de nuestras propias malas experiencias.

Todos tenemos el potencial de ángel o de bestia. Desarrollar nuestra parte mejor es relevante tanto para nuestra felicidad personal como para la de nuestra comunidad. Ahí está la literatura, sobre todo los clásicos, para apoyarnos en el despliegue de lo mejor que llevamos dentro.

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(*) Doctorada en Historia en la Universidad Libre de Berlín. Ha sido docente de Historia Latinoamericana en la misma universidad y de Comunicación Intercultural en la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich. Es escritora, historiadora y ensayista. Nació en Concepción. Desde 1986 reside en Alemania.  

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