En el mes de septiembre el país recuerda hechos en los que la memoria sigue abierta. ¿Qué se valora en estos días? ¿Los símbolos que nos han entregado o impuesto socialmente? ¿Los ritos y celebraciones? ¿Son éstos un real contenido para el patrimonio de una nación?
Si se entiende el patrimonio cultural como un importante eje para promover la paz y el desarrollo social, ambiental y económico sostenible, debemos recordar que el patrimonio de una nación reside en sus personas y en su diversidad creativa.
Es decir, por el sólo hecho de ser una persona se tiene un valor innato, el derecho al respeto por su historia, cultura y diversidad.
Sin embargo, aunque Chile parece el país más seguro de Latinoamérica, enfrenta a sus ciudadanos y ciudadanas, constitutivos de su patrimonio, a una profunda desigualdad social y cultural. Muchas veces acompañada de violencia directa, simbólica y estructural, y otras veces silenciosa.
Esta situación genera inseguridad en su cotidiano, así como desapego y desconfianza con el otro. Se trata de una compleja dicotomía nacional entre el “ser” y el “parecer”.
Esta desigualdad impacta en nuestro entramado social, nos hace perder la oportunidad de ser comunidad y construir un relato que nos involucre a todos y permita movilizarnos hacia los cambios con sentidos.
¿Cómo enfrentan nuestros líderes sociales esta dicotomía? ¿Enfatizan la cáscara o el contenido real? ¿Miran a largo plazo y con rostro humano a la comunidad, valorando a las personas como el patrimonio más importante de una nación?
Ese patrimonio que está en las personas no deja de ser una riqueza frágil, en todo caso. Una vez perdida no es recuperable. Se trata de un dato no menor, considerando los apremiantes desafíos que enfrentamos hoy como humanidad: a las históricas desigualdades se suma el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad.
Por todo ello, se viven momentos en que -como nunca- nos hace falta y urge un proyecto de nación para todos los chilenos y las chilenas.
(*) Académico de la Universidad Católica Silva Henríquez, autor del blog Patrimonio y Arte.