Jóvenes y movilización social en Chile: La clave fue perder el miedo

Muchos fueron los jóvenes que enfrentaron en estos días a militares en Santiago y en el país, gritándoles de frente, sin miedo. A pesar del Estado de Emergencia que se aplicó en casi todo Chile y a pesar de los toques de queda, mucha gente se mantuvo en las calles pacíficamente y sin temor.

La verdad es que yo sí tuve miedo apenas vi los tanques y los militares; apenas se habló de restricciones a la libertad. Es la pesada herencia de la dictadura. Recuerdo el miedo. Sé lo inhumanos, lo crueles que fueron. Sé que en este país algunos pueden hacer lo que quieran con otros, sin pagar por ello.

Aprendí desde niño que debemos callarnos frente a las armas, que ante ellas debemos olvidar el tratar de cambiar las cosas, olvidar la desigualdad, la falta de oportunidades; la falta de justicia, de salud y de educación, que son enormes privilegios de pocos que perpetúan la diferencia entre diferentes tipos de chilenos.

Sin embargo, la clave fue –y sigue siendo- la superación del miedo. No dejarnos nunca más humillar ni dejar que otra vez nos apunten con armas, que otra vez se les dé el poder a militares para aterrarnos. La idea es no permitir que gobiernos digan que escuchan las necesidades de la gente y luego se olviden sin hacer absolutamente nada por años y –finalmente- ante la queja justa, desenfunden.

La impotencia que se vió en la calles y que se tradujo en rabia, en destrozos y saqueos, no es lo principal y sospechosamente pareció provocada, todo un caos provocado, ya sea por apatía, negligencia o intencionalmente cuando se dejó hacer a muchos que buscaban destrozar durante todo un día.

Pero lo principal, me parece, es toda esa gente que ya no tiene miedo. Porque la pérdida del miedo es esencial para lograr algún cambio. Y es eso lo que se atacó, con armas, con violencia, con soldados en las calles y otra vez con impunidad. Se atacó la falta de miedo porque también tienen miedo a perder sus privilegios.

Reviso lo escrito luego de siete días de toques de queda, enfrentado a mucha información sobre abusos y violencia extrema de parte de Carabineros y militares. Finalmente logré salir a la calle, enfrenté mi miedo y la sensación fue de libertad, de sanación. El miedo debe convertirse en acción.

Leímos junto a otros poetas en el corazón de las manifestaciones y vi la valentía de los jóvenes, vi a poetas jóvenes que alzaban su voz y leían sus poemas pidiendo dignidad, con firmeza, entendiendo que los militares en las calles significó el romper con la esperanza de ese “Nunca más” que tanto representaba para los chilenos.

Vi a poetas, a artistas en general, a familias, a muchas mujeres, como las he visto siempre, en toda Latinoamérica, frente a la violencia y la injusticia, ofrecer una vez más su corazón.

(*) Foto principal tomada desde las redes sociales/ Susana Hidalgo. Usada sin fines comerciales.

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