¿Qué es social y económicamente Chile para el mundo? Un país rico en recursos naturales, pero vetado para sus comunidades territoriales. Enfrentando la pérdida de sus derechos sociales, éstas ven cómo día a día son saqueadas en barcos, aviones, trenes y camiones.
La crisis social que vive el país desde mediados de octubre es el resultado evidente de la imposición de una política económica que ha vulnerado la vida de nuestras familias, precarizándolas de manera extrema, brutal e inhumana.
Con las reglas del dictador, los grupos de poder se han refugiado en sus privilegios ignorando y ocultando la realidad de un pueblo entero con la tesis del enemigo interno. En dictadura eran los terroristas y en democracia han sido los delincuentes, ambas figuras encapuchadas que han servido para justificar más armas contra el pueblo, con los nefastos resultados sociales conocidos.
Porque para detener la delincuencia y la violencia el camino no seguido es entregarle una vida digna a nuestra infancia y a nuestra juventud, hijos e hijas del pueblo más postergado para el modelo económico chileno, sacando la temática de la droga como algo exclusivo del ministerio del Interior y dejarlo en manos de especialistas de Educación y de Salud. Con el tratamiento exclusivamente policial, han facilitado la difusión del machista que se jacta de las armas, que somete a las mujeres y se llena de oro.
Víctimas y victimarios sabemos de qué hablamos y entendemos que sólo la ambición y la insensibilidad de unos pocos -en complicidad de una generación de políticos y políticas dados con frenesí al dinero- no han permitido los cambios estructurales que faciliten el brote de la solidaridad, la autogestión, el apoyo o cualquier forma asociativa que le permita a las comunidades territoriales el desarrollo de su vida y de su hábitat.
Las personas donde nacen y crecen como parte del hábitat merecen el suelo que hoy devoran las inmobiliarias y que tanta falta hace para preservar la especie que más nos debiera interesar. Hoy la violencia la impone un sistema que ha usurpado, ha asesinado y ha mentido ya no sólo al mapuche y a las comunidades en resistencia en el wallmapu. Ahora el Comando Jungla opera contra la protesta social con adiestramiento para insurgencia urbana, armado hasta los dientes.
Tal vez por esta mirada humana la mirada asesina del capital acecha a activistas medioambientales, a la dirigencia sindical, estudiantil y sindical como a su enemigo interno. Hay que cambiar estas reglas del juego, Chile quiere y puede hacerlo. A través de una instancia constituyente y con participación del pueblo.
(*) El autor es representante de la toma Nueva Habana, comuna de La Florida (Santiago), y forma parte de la Federación Nacional de Pobladores (Fenapo). Junto a otr@s dirigent@s sociales del país, se encuentra entre los seguidos por grupos de inteligencia de la policía uniformada.