“Black hole sun”, la gran canción que deja como legado Chris Cornell

La memoria de la mitad de los años 90 ha sido prácticamente «asaltada» por los recuerdos de Nirvana y el suicidio de su talentoso líder Kurt Cobain.

Sin embargo, habría que ser injustos para no reconocer que icónicamente esos años también se llenan de las bizarras imágenes de un videoclip que rueda con profusión por las pantallas del MTV de esos años: «Black hole sun», de Soundgarden.

La voz armoniosa y de rasgos graves de su vocalista aportan una gran cuota para hacer inolvidable el tema y el video. La construcción armónica del grupo también. El tema y el video poseen todos los elementos para convertirse en uno de los principales legados que deja el fallecido cantante Chris Cornell.

Porque -también dentro de esos recuerdos noventeros- el compositor forma parte de una de las películas más populares de la época: «Vida de solteros» («Singles»), del director Cameron Crowe, protagonizada –entre otros- por Bridget Fonda y Matt Dillon.

Cornell hace un cameo y canta con Dillon, quien personifica a un rockero. También forma parte de la exquisita banda sonora del filme con el tema “Season”, una revisita en clave folk que reflexiona sobre la búsqueda destino propio.

Pero la posteridad, sin duda, va a dejar en la memoria popular a Cornell como el creador de esa intensa canción llamada “Black hole sun”, que tuvo un gran apoyo –además- en la calidad de su incombustible clip.

Dirigido por Howard Greenhalgh, el video tiene claras influencias estéticas de David Lynch, en el que los rasgos exagerados y el sarcasmo juegan un rol evidente. Siguiendo la línea temática de la letra, el video profundiza la atmósfera apocalíptica y de «hora final» a la que hace alusión.

Pero Greenhalgh juega con más elementos, envía señales de crítica social en medio de un idílico cuadro de «American way life» que se empieza a destruir por un hoyo negro en el sol, dejando al descubierto el vacío moral que ese modo de vida esconde tras grotescas sonrisas y miradas.

El video se lanza en junio de 1994 y es un éxito inmediato. Obtiene el premio al Mejor Video Hard Rock en el MTV Video Music Awards. Al año siguiente gana el premio Clio como Mejor Video de Música Alternativa.

Greenhalgh hizo un gran camino luego de este clip en el mundo audiovisual, haciendo trabajos igual de notables con artistas como Pet Shop Boys, George Michael y Placebo, entre otros.

Por su parte, Cornell siempre juega a la indeferencia con el significado de sus canciones. Como muchos compositores del grunge, dice que su estilo para escribir es sólo «dejar fluir», que no hay un mensaje específico en las letras y que, más aún, este tema en particular lo hizo en completo estado de ebriedad.

Cierto o no, el proceso etílico de las neuronas de Cornell parece que eran envidiables, porque “Black hole sun” construye un cuadro realista y simple de la compleja condición humana contemporánea, describiendo con crudeza las horas materialistas por las que cruza el mundo, sin muchas alternativas para zafarse y -más encima- debiendo asumir esa dinámica y disfrutarla.

O sea, existencia dominada por un gran «hoyo negro» que todo lo succiona y no queda más que seguir la corriente. «Los tiempos para los hombres honestos han acabado/ y surge el momento de las serpientes» dice la letra. Y a la luz de lo ocurrido, bien puede ser el texto del legado conceptual y artístico de Cornell.

Si bien se ubica como séptimo corte del cuarto álbum del grupo (“Superunknown”, 1994), es el segundo sencillo promocional y -sencillamente- la rompe. El disco gana, nada menos, que dos premios Grammy.

Ligado también al trabajo de otra banda importante como Audioslave, la figura de Cornell es la del típico artista «piola». Talentoso, compositor, de facha atractiva, mantiene siempre sus demonios personales a una cierta distancia. O, al menos, eso se cree. Para muchos, sin duda, era uno de los destacados sobrevivientes de la avalancha grunge.

Está en el epicentro de ese movimiento telúrico (Soundgarden forma parte del sello Sub Pop, desde donde se arma ese gran Big Bang musical) y cosecha siempre un éxito austero.

Por momentos ocupa la puerta grande del espectáculo (como cuando graba “You know my name”, tema musical de la película de James Bond “Casino Royale”) y en otros instante se escurre por la salida de emergencia hasta perderse.

Sus demonios se visten básicamente de alcohol y de depresión, quizás uno de los rasgos más distintivos del lado oscuro del grunge. Pero se cree que Cornell había podido domesticarlos.

Disfruta de una extensa carrera en solitario como cantante, compositor y guitarrista, trabajando con varios músicos durante más de tres décadas de carrera. Junto a su esposa Vicky crea una fundación que recauda dinero y se asocia con organizaciones para apoyar a niños que sufren pobreza y abuso.

El 18 de mayo de 2017, a los 52 años, es hallado muerto en el baño de un hotel en Detroit (Estados Unidos) en medio de una positiva gira de regreso con Soundgarden.

El cantante y guitarrista de Led Zeppelin, Jimmy Page, es uno de los primeros artistas en rendir homenaje a través de Twitter escribiendo: «Increíblemente talentoso. Increíblemente joven. Increíblemente echado de menos».

«La causa de la muerte fue determinada como ahorcamiento por suicidio. No se ha terminado un reporte completo de la autopsia», dice la oficina del médico forense que investiga el hecho, en un comunicado tras una autopsia inicial.

Si bien las versiones policiales son respetuosas con la figura del rockero, parece confirmado que Cornell habría sido encontrado desnudo, colgando en el baño del hotel.

Bien pudo ser que Cornell haya decidido explicar así la letra de “Black hole sun” y quiso terminar sus días como lo anunciaba el tema: «En mis zapatos camino dormido/ y espero conservar mi juventud».

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