El músico chileno Rudy Wiedmaier viene por “La Recompensa”, adelanto de su próximo disco vía Facebook Live

En un rincón de Los Andes, en plena Quinta Región Cordillera de Chile, entre maderas que esperan tomar diversas formas e instrumentos musicales en reparación, se escribe una historia de arte y poesía cruda, compleja e intensa. Compuesta a puro ñeque, sin Fondarts ni grandes auspicios. Con el rigor del trabajo honesto, comprometido siempre con la fidelidad a sí mismo.

El músico, luthier y artesano poético Rudy Wiedmaier lleva adelante un ritual que no tiene ni relaciones públicas ni campañas en los medios. Es un trabajo artístico clásico, consigo mismo. Claro, de eso come y sobrevive. Pero sobre todo alimenta su alma y la de su familia con algo que se fue perdiendo entre las personas: dignidad.

Wiedmaier vive fuera del mundanal ruido capitalino, dinámica que antes de la pandemia rompía en ocasiones para aparecer por la comarca como el lobo estepario que es, regalando siempre talento y calidad artística. Hoy lo hace desde su Facebook. Precisamente la plataforma con la que este viernes 26 de junio a las 21.00 horas comparte un apreciado adelanto de su próximo disco “La Recompensa”.

“En rigor se trata de una hornada de canciones muy recientes, surgidas desde octubre de 2019 hasta ahora. Son temas compuestos en la guitarra acústica. Me armé un pequeño sistema para grabar con muy buena calidad de audio, mi voz y mi guitarra”, explica. El disco contempla importantes colaboraciones que, dados los tiempos actuales, se contemplan hacer desde sus respectivos homestudios.

Wiedmaier explica que los temas compuestos dan cuenta del contexto histórico que se vive “con su dramatismo y con las expectativas de un cambio planetario profundo, siempre trato de ver el lado positivo”. Eso aunque el disco -obviamente- asume buena parte de dedicatorias personales: en diciembre de 2019 fallece su hermano mayor (“quien fue un poco también padre para mí”, cuenta), por lo que el disco recorre escenas vivenciales personales.

“Yo no sé qué sería de tí sin mi dulce Aconcagua / Te juro que yo renací cuando volví a beber de tus aguas”, dice en la autocrítica “Dulce Aconcagua”, en la que también habla de «convertir mi fracaso en un hit». “Somos como niños al descampado / viendo cómo se viene la noche”, comparte en la intimista “Mistela”. “Nadie sabe bien por qué los humanos no podemos ser felices/ habiendo tanto para todos”, anota en la existencialista “El libro de las preguntas y respuestas”. Las canciones de “La Recompensa” dan cuenta de un observador implacable con su entorno. Pero también consigo mismo.

Se trata de un registro intenso, en el que se busca una esperanza a partir de lo más cierto y verdadero que se tiene: los orígenes, las raíces, lo propio. “Son canciones que buscan la excelencia musical y poética. Más allá de un estilo determinado, me dejo la libertad de moverme con soltura por todas las músicas que me emocionan y me interesan. Los invitados también pondrán su impronta, muy valiosa para mí, así es que mucha gratitud para ellos y ellas”, señala.

El antecedente más cercano de “La Recompensa” es el excelente disco “Cuando vuelvan las canciones”, publicado en 2018. Son once temas que reflejan una profunda mirada interna y colectiva, en cuadros de una sociedad que -aunque se está cayendo- la tarea que corresponde es ir recogiendo lo mejor que va quedando.

“Me siento orgulloso de hacer discos con pocos recursos, enfatizando la calidad de las canciones -melodías, acordes potentes, una poética profunda y meticulosa- y no en la producción. Me encantaría grabar en un gran estudio con recursos económicos, pero aunque no se pueda eso no me detiene. Tengo un ritmo muy fuerte de composición de canciones, dos o tres mensuales, aproximadamente treinta canciones en un año, así que es clave registrarlas con lo que haya a mano. Y no dejarlas en un cajón. Para un cajón tendré la eternidad. Aunque en realidad quiero que me cremen”, explica el artista.

¿A qué apunta el nombre del disco «La Recompensa?

– Da cuenta de un momento personal, pero también colectivo. Después de una lucha tan larga como la que he dado en la música -y la que ha dado el pueblo chileno y los pueblos del mundo por sus legítimas reivindicaciones- se produce un cruce entre la misión personal y la de la tribu. La del artista y la sociedad y la época en la que toca vivir. También hay un guiño a la figura del vaquero que no busca sólo la recompensa monetaria por su tarea, sino que se pueda vivir en justicia y paz. Es decir, se trata de un hombre movido en sus acciones por la ética. Por la búsqueda de un mejor destino no sólo para él, también para su gente.

¿En qué línea crees que se sitúa este trabajo en el contexto de tu discografía?

– Me parece que es un poco la continuidad de “Cuando vuelvan las canciones”, un disco que tiene textos bastante premonitorios en torno a lo que ocurrió en Chile desde octubre de 2019. El arte poético es un gran misterio y cuando uno lo practica por tantos años, ocurren cosas bien extrañas y poderosas. “La Recompensa” trae consigo sus propias señales, pero no es el momento de escudriñarlas aún sino de trabajar incansablemente para que se muestren con todo su esplendor.

¿Manejas alguna fecha para presentarlo ya completo?

– Más que presentarlo, porque en realidad no depende de mí bajo las actuales circunstancias, sí quiero y me he propuesto terminarlo antes de fin de año.

** Rudy Wiedmaier – Adelanto de su disco “La Recompensa”

Sigue la presentación en este link de Facebook Live

Viernes 26 de junio – 21:00 horas

Sigue a Rudy Wiedmaier en su fanpage de Facebook

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