(Por María Luz Crevoisier, desde Perú)
Parodiando al gran poeta hispano León Felipe, titulamos esta nota y entrevista a Harold Alva, una de las voces jóvenes más destacadas del Perú, creador y actual presidente del Festival Internacional Primavera Poética que en septiembre de este año marca época, pues la instancia convoca a un selecto conjunto de «parias literarios» -venidos desde distintos puntos de América y otras zonas geográficas- para sembrar con sus versos esta Lima de una estación opaca. Hace lo propio, recientemente, con el Festival Internacional de Poesía Perú 2020.
Para retratar su proceso, copiamos los versos del poeta chileno Omar Lara cuando nos dice en su «Elogio a la Poesía»: “Como eres todo/ y eres nada/ Como no existes /y me vives/ Como me pares /y me mueres”. Entonces, la Poesía, esa viajera extraña que le llegóa quizá montada en uno de esos barquitos de los legendarios chimús, se apodera de su voluntad, no permitiéndole otra actividad, sino sólo esa. De ahí que se olvida de sus estudios de Derecho y Ciencias Políticas, decide dejar de lado sus inquietudes políticas y poner todo su empeño en recoger y difundir poesía.
Nacido en El Alto (1978), distrito piurano por donde se divisan los ponientes más intensos y las lunas tiñendo de plata el mar cada noche, emigra a distintas ciudades junto con su familia (como siglos antes lo hicieran los de Caral, los Ichmas y mochicas) a consecuencia de los desastres generados por la corriente del Niño.
Entre sus ocupaciones se encuentran haber dirigido las revistas «Signos» (2004/2008) y «Altazor» (2009/2011) con la que llega a más de cien números. Es editor de la Revista Foro del ilustre Colegio de Abogados de Lima (2002/2013). Actualmente, es columnista del diario «Expreso» de Lima y editor del suplemento «Contrapoder» del mismo periódico.
Dentro de su intensa carrera de participaciones, citamos que el 2006 visita Santiago de Chile, en la Novísima Poesía Latinoamericana “Poquita Fe”. A principios diciembre del año 2020 recala (esta vez virtualmente) en la Ciudad de Los Anillos (Bolivia) en la VIII Semana Internacional de la Poesía. Participa también en el Festival Internacional de Poesía Perú 2020, efectuado en convenio con el Programa Lima Lee de la Municipalidad de Lima.
Como poeta ha publicado, entre otras obras, «Poesía firmamento» (1996), «Morada y sombras» (1998), «Abandonar la sombra» (1999), «Cañaveral» (2001), «Sotto voce» (2006)., «Ciudad desierta» (2014) y «A tiempo completo» (2020). Pese a su recargado trajín en diversas actividades poéticas, el autor tiene la gentileza de responder este cuestionario para Cultura y Tendencias.
El movimiento poético en el Perú, se ha dinamizado hace veinte años más o menos. Sin embargo, no se encuentran nombres tan representativos como los de Jorge Eduardo Eielson, Martín Adán, Rodolfo Hinostroza, César Moro, Blanca Varela, Magda Portal. ¿O recién se están gestando?
– Hay poetas, tenemos poetas. Considero que siempre ha sido así, la diferencia es que ahora existen más herramientas que ayudan a dinamizar la actividad. Herramientas que además la democratizan. Sin duda, los poetas que mencionas son nuestros referentes, pero hay más a quienes el tiempo los está afirmando. Pienso en Óscar Málaga, en Tulio Mora o Eduardo Chirinos. Tengo mucha esperanza por lo que están escribiendo los más jóvenes porque siento que hay una reconciliación con lo mejor de nuestra tradición, una profunda responsabilidad por entregar textos que nos retornan al diálogo con quienes le dieron consistencia a su proceso.
La diversidad de encuentros, festivales y recitales internacionales hablan de un movimiento poético muy intenso en América Latina. ¿A qué factores crees que se deba eso?
– Soy un convencido que se escribe poesía cuando se sobrevive a la más terrible crisis. Si bien tenemos herramientas que facilitan la comunicación -como los celulares o el internet- la humanidad asiste a una especie de aislamiento colectivo que, aunque tenemos la impresión de estar más cerca que nunca, siento que cada día nos alejamos más. Ya no se trata de islas individuales, ahora somos archipiélagos de soledad.
La comunicación es un espejismo: sales del Facebook o del WhatsApp, retornas a tí mismo y muchas veces uno mismo está lejos. Entonces saltas sobre tus palabras y escribes, es decir, peleas por sobrevivir. En mi opinión, los festivales confirman que somos muchos los solos. Sin embargo resistimos: apostamos por recuperar lo fraterno, lo solidario, lo amical.
El octavo Festival Internacional de Poesía Perú 2020 se acaba de realizar de manera virtual entre el 6 y el 10 de diciembre. ¿Qué acogida alcanza en ese contexto? ¿Crees que este tipo de presentaciones favorece a los participantes o al contrario? ¿Cómo lo ves a futuro?
– Es una puerta más. Si no habríamos sido asediados por el virus ahora, habríamos ocurrido más adelante. La humanidad camina de espaldas al planeta, lo depredamos de modo inmisericorde. Alguna vez el cientista político italiano Giovanni Sartori se refiere a los seres humanos como una plaga, lo que para muchos puede significar un extremo, en mi lectura no le falta razón. La especie avanza, consume, extrae ¿Los resultados? Este año que izó la bandera de la fatalidad.
Soy miembro de una generación que ha tenido el privilegio, o la desdicha, de nacer en un momento cuando el mundo se precipita en cambios. La revolución de las telecomunicaciones, el acceso al internet, la comunicación en tiempo real, sin duda, no dejan de sorprendernos.
Hicimos el festival en la modalidad virtual porque nunca tentamos la posibilidad de no celebrarlo. A la fecha, hemos cumplido siete meses en los que además de lectores hemos afirmado una nueva fraternidad. Eso, al margen de la frialdad de los píxeles, nos deja la sensación de culminar con éxito. Creo que esta forma de interacción ya estaba entre nosotros, pero es la pandemia que resalta su hegemonía. El futuro es ahora.
¿Qué aspectos se toman en cuenta para la selección y edición de los cien títulos de poetas de veinte países? ¿Están todos los que participaron en Poesía Perú o sólo algunos?
– Hasta el año pasado realizamos el FIP Primavera Poética. Este año la pandemia nos puso frente a un nuevo reto. En el mejor momento del festival, celebramos a quince escritores con la publicación de sus libros. Ahora, frente al nuevo desafío, lo abordamos utilizando sus propias herramientas. Jugamos en su cancha, como diría un viejo amigo.
Por eso hicimos el convenio con el Programa Lima Lee de la municipalidad de Lima, para realizar algo que nunca se había hecho: congregar desde la virtualidad a cien poetas del mundo y publicarles a cada uno de ellos un libro en su biblioteca digital. El criterio de selección fue la calidad y la trayectoria de cada poeta. Esta es una nueva colección, no están todos los poetas publicados por la Primavera Poética.
Poesía Perú sirve de palestra para traer a Lima valiosas voces internacionales como los chilenos Omar Lara, casi un «caserito» del festival, y Soledad Fariña. ¿Quiénes más estuvieron presentes?
– Nuestro admirado y querido Omar Lara ha participado dos veces en el festival: el 2014 cuando lo homenajeamos y publicamos su antología “En el corazón de las cosas” y el 2017 cuando es nuestro invitado de honor por el lanzamiento de la revista «Costanera» dedicada a él y a nuestro eterno Arturo Corcuera.
Mi generación tiene en Omar no sólo uno de sus grandes poetas sino a un maestro por su calidad como persona, por su nobleza y por su espíritu solidario. En la Primavera también estuvieron presentes Jotamario Arbeláez (Argentina), Leopoldo Castilla (Argentina), Juan Cameron (Chile), Iván Oñate (Ecuador), Jorge Ariel Madrazo (Argentina). No hemos tenido el gusto de tener a Soledad en la Primavera Poética, pero estoy seguros que pronto tendremos la alegría de caminar en Lima con ella. Soledad Fariña es sí una de las poetas publicadas en la biblioteca digital de Lima Lee.
Se han visibilizado las presentaciones poéticas por la cuarentena hasta hacerlas virales. Pero no todas tienen una buena realización técnica y tampoco calidad poética. ¿Pueden incidir en el alejamiento del público a este tipo de actividades?
– Las redes sociales son la nueva televisión. Un lector informado inmediatamente se da cuenta qué evento tiene calidad y cuál no. Basta mirar las listas de invitados para entender frente a qué actividad estamos, defectos de la democratización. Lo importante es que se apueste por la actividad cultural. Cada quien es libre de elegir a quién le dedicará su atención. La poesía, finalmente, tiene un aliado que la impone: el tiempo.