Algunas notas sobre el poeta peruano Raúl Brozovich

Por María Luz Crevoisier, desde Lima (Perú)

El estío va dejando sus gotas de escarcha en las calles del Cusco, reviviendo el ancestro inca en los barrios antiguos de Qolqampata, Karmenka, Wakapunku y Qayaucachi, haciendo tiritar de los primeros fríos a sus gentes. Es abril y el viento trae una melodía triste, quizá como una pena, tal vez como un aya taqui, unida al doblar de las campanas. Ha muerto un poeta y se duelen las horas.

Es el 5 de abril del 2006 y aquellos rincones por donde había construido versos, prosa e imágenes, han quedado huérfanos de su presencia. Ya no van a asomar más los rictus de sus silencios o la carcajada beoda por esas chicherías de las calles de Nueva Alta y Fierro, como La Manuela, La Violinista, El Gallo de Oro, la Matula, que recorría en compañía de su amigo y confidente y también poeta, Carlos Velásquez.

Raúl Leoncio Brozovich Mendoza, hijo de un inmigrante yugoeslavo y una dama cusqueña, nace el 14 de septiembre de 1929. Los estudios escolares los realiza en Cusco y por residencia se ubica en diversas casonas de ese sector que, mitad colonial y mitad andinas, se ven tan presentes hasta el terremoto de 1950.

Brozovich estudia Derecho pero nunca ejerce la profesión; incluso, no llega a graduarse. Su inclinación hacia el arte lo traduce, primero, como copista de los ilustradores japoneses estilo ukiyo-e Kitagawa Utamaro y Katsushika Hokusa, para luego dar paso a inquietudes políticas participando en la Reforma Agraria de Bolivia en 1952. En La Paz funda el grupo Horda y, más tarde, uno similar llamado Gesta Bárbara.

De regreso a Cusco arma el grupo Rumiñawi y, en diferentes épocas, edita las revistas Muralla y Rijchary.

Desde 1976 se hace cargo de la dirección de la Biblioteca Central de la Unsaac (Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco), etapa en la que produce numerosos poemas de corte futurista con influencias del vate ruso Vladimir Mayakovski, según cuenta el poeta Angel Avendaño.

Cusco, tierra de poetas

La ciudad Puma o Ciudad Sol, apelativos con los que se conoce también al Cusco, es una zona pródiga en lírica. Haciendo un breve recuento encontramos desde el siglo XIX nombres y estilos diversos.

En el siglo XIX, por ejemplo, surge el poeta romántico Abraham Vizcarra Echave, editor de la revista literaria El Recreo, fundada por Clorinda Matto de Turner en 1876; posteriormente, su sobrino Benjamín Mendizábal, cultiva el Modernismo con gran talento.

A lo largo del siglo XX, en tanto, surgen voces creativas, pero muy pocas fueron reconocidas. Entre estos nombramos a Luis Nieto (creador de las letras del Himno al Cusco), Gustavo Pérez Ocampo, Angel Avendaño, Carmela Perea, Soledad Araoz, Odi Gonzáles, Tania Castro, Carlos Sánchez, Iván Yauri, Américo Yábar, Pavel Ugarte, Arelí Araoz, Martín Zúñiga, Efraín Altamirano, entre algunos.

El poeta, antropólogo y escritor Pavel Ugarte, autor de los libros «Repatración de las aves», «Cantos Rodados» y «Valquiria Andesground»  -edición tetralingue y reconocida con el Primer Premio Honorífico Ralph Von Yor de México- es un acucioso estudioso de Raúl Brozóvich. Gracias a su apoyo como promotor cultural pudimos construir esta nota.

Ugarte responde algunas preguntas sobre la obra de Brozovich que permiten entender el fenómeno literario-poético en Cusco. Estas fueron sus respuestas.

¿No es un fenómeno repitente que tres de los poetas más representativos del Cusco: Luis Nieto Miranda, Gustavo Pérez Ocampo y Raúl Brozovich sean ignorados en Cusco y desconocidos en el resto del país?

– No creo que sea un hecho aislado de otras regiones del Perú. Considero que el centralismo administrativo, político y económico también se extiende hacia la cultura y la literatura. Hay un desconocimiento de la cultura impresa y las expresiones literarias al interior del país y eso repercute en sus autores.

En el caso del Cusco, ante la ausencia de una facultad de Letras y Literatura, un espacio físico que resguerde la memoria literaria de nuestra ciudad, vemos que nuestros grandes autores pasan desapercibidos para el resto del país. Siendo así, en los últimos años diferentes colectivos culturales hemos organizado caravanas poéticas por todo el Perú, uno de los objetivos es -precisamente- visibilizar a los autores de departamentos como Huancayo, Ayacucho, Arequipa, Puno, Ica, entre otras ciudades e -incluso- países como Bolivia.

Otra coincidencia es que, lamentablemente, los tres se refugiaron en la bohemia, ahogando una vocación que pudo tener mayores alcances.

– La verdad es que no creo que la bohemia haya sido un refugio, sino que -por el contrario- un espacio creativo. Creo que hay que tener cuidado con aseveramos cosas como que hayan «ahogado su vocación». Si fuese así no hubieran escrito y publicado los libros que les conocemos.

Lo que parece concreto, entonces, es que el único poeta que ha sido valorado es Luis Nieto Miranda, el «Cholo Nieto», porque salió del Cusco. Los otros dos permanecen en el limbo…

– Eso se debe más que a la bohemia al poco esfuerzo publicitario en cuanto a su literatura, vivían en poesía, no necesitaban ostentarla o exhibirla.

¿Qué otros poetas destacados acompañan esta trilogía, algún hombre o alguna mujer de la misma generación? ¿quienes son los nuevos? ¿han superado a los nombrados?

El Cusco cuenta con grandes poetas como Ángel Avendaño, Mario Pantoja, Enrique Rosas Paravicino, Ana Bertha Vizcara, Arely Araoz, Carlos Velaásquez, Odi Gonzáles y Juan Mesco, por mencionar unos cuantos nombres hasta la generación de los 80. En los 90 vemos algo interesante en la poesía con el surgimiento del Festival de Poesía Enero en la Palabra en 1996.

¿Se hizo o se hará una antología de las obras completas de Brozovich? Aparte de versos también escribía pequeñas obras de Teatro o Teatro de Cámara, como las denominaba.

La última antología es la que publica la Editorial Universitaria de la Unsaac el año 2006, después de su muerte. Es una publicación que debiera ser reeditada.

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La poética de Raúl Brozovich, está reunida en siete grupos: La Rosa Blindada, Fábrica de Sueños, Del cielo bajó un extraño resplandor,Vallejianas, Poemas Populares, Pintura en Negro y Blanco y Pop Art.

 

** Breve selección de la autora de esta nota

Llueve

Es que siempre llueve cuando digo estas cosas

mujer mía; en efecto todo lo arrasaste

en esta vertiginosa carrera

mi espíritu -y la sagrada cólera- hacia la noche

impenetrable de la muerte

también aquella agonía te pertenece

-aquella de mi vida-

en esa tarde que lloramos juntos

si ahora que ya no le tengo miedo a la pobreza

su trágico vinagre

esa repentina manera de mirarme entre ósculos

funéreos

precisamente ahora que tiemblan las horas

y la oscura tarde

quiero desgraciarme para siempre,

del instante breve

en que tu vida dulce y pasional

estaba ligada a la mía

oh mujer -es que siempre llueve cuando digo estas cosas.

De: «El duro oficio de vivir»

Nos falta valor

Incluso de quitarse la ropa

para echarse

a dormir

nos faltan ojos y filosa dentadura

nervios falaces

de pura semántica

o esta parva espesura

y huesos superlativos y piojos

para asear dulcemente -si ello es posible-

el duro esqueleto

de la pobreza

nos faltan dedos para arrancar

-un poco de aire- a la sombra

pétalos al girasol

cabeza al desgraciado

sangre metálica en la penumbra

fábrica de sueños al proletariado

gruesas lágrimas al grito

descomunal

o esta otra

de tanto matarse en el Perú

su parda

tesitura

descarnada.

1 Comment

  1. Ornella 05/06/2021 Reply

    Buenísimo el aporte. Reciba un cordial saludo.

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