Muy distinto es que un grupo musical opte por no tener muchas presentaciones con público, a pasar una pandemia en que no tocar con gente se transforme en una imposición. Es lo que ha vivido la banda chilena Humo Blanco en los últimos meses.
El trío de origen puertomontino y de residencia santiaguina se encuentra armando con calma lo que es su primer disco «en forma», luego de algunos furibundos EP´s como «Rarezas», en el que se anidan cinco potentes temas que conforman la base sónica del grupo.
Este viernes 10 de septiembre el trío aprovecha la ventanas del desconfinamiento en Santiago y realiza su primera presentación con público luego de la llegada del Covid a Chile. La cita es desde las 19:00 horas en la Cocina Clandestina, ubicado en Antonia López de Bello #108, Barrio Bellavista.
«Por todo lo que ha pasado se trata, sin duda, de una presentación más emocionante que de costumbre, con un sabor distinto», comenta Raúl Guerra, quien junto a Andrés y Guillermo Campos conforman la sólida base de Huno Blanco.
Y es que todo parece avanzar con sincronía para el trío, ya que el concierto se hace en medio de grabaciones en estudio. «Durante el último año nos hemos estado dedicando a grabar canciones de a poco, sin apuro, hasta transfomarlas en un disco De hecho, por estos días registramos tres temas», comenta Guerra.
La presentación del viernes, que es con una foro de 25 personas, considera una hora para transitar por todos los «estados» y «estilos» del grupo, cuya principal seña es lo que ellos mismos denominan «rock ñañco».
En Puerto Montt, el punto original de la banda, la palabra describe algo rústico, poco fino, que va directo al grano. Y es una buena aproximación a lo que buscan decir con sus canciones y con su mirada estética.
El trío, en rigor, cultiva una mezcla muy propia, con un registro identitario bastante marcado: a partir de una base entre rock y folklore, en momentos toma ropas de balada rock, pop dark o sonido popular y en otras una suerte de folk rock de los 60.
El tema «Noche de combatientes», por ejemplo, es una balada de romanticismo dark, que con un ruido rockero atizado con una capa electrónica suave, desarrolla una propuesta melódica un poco ochentera con voces del siglo XXI. «Puse la luna en tu ventana y no saliste a mirar», dice la existencialista letra.
En «Dulce sustento», por ejemplo, con un aire de tonada surge una impronta de balada rock de mezcla intensa y atractiva. «Si el hombre cumple y es honesto, dejará noble sustento», se señala en su canto.
Por su parte, en «Qué estupidez» bajo una apariencia melódica asfixiante, surge una letra que es dinamita pura: «Se eleva un monumento celebrando a los ladrones/ país gigante baila la danza de los hambrientos».
** La cita es este viernes 10 de septiembre, Cocina Clandestina, Antonia López de Bello #108, Bellavista, Santiago. Aforo de 25 personas. Entrada: $3.000. Desde las 19:00 horas.
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