Abogada colombiana Ingrid Benninghoff y el desarrollo del mindfulness en el sector legal: «No comprender su potencialidad, es condenarse al estrés»

El mindfulness sigue dando pasos avanzados como potente camino para fortalecer el bienestar mental. Hace pocos años, la revista estadounidense Time pone en el tapete público una situación que en diversos ámbitos estadounidenses alcanza niveles profundos: la recuperación de una ancestral técnica para desarrollar la meditación como herramienta frente a los problemas de la modernidad.

Para la reconocida publicación internacional, el éxito del mindfulness tenía ribetes revolucionarios. En la actualidad, los hechos están hablando por sí mismos. Entre los variados ámbitos profesionales que se están abriendo a reconocer los problemas de salud mental por los que cruzan, se suma también el vertiginoso mundo legal, especialmente abogadas y abogados.

Bajo el alero de la American Bar Association, conocida como ABA por sus siglas en inglés y que es la asociación gremial legal más antigua de Estados Unidos, el año 2017 se conoce el reporte “El camino hacia el bienestar de los abogados: Recomendaciones prácticas para un cambio positivo”. En él se aconseja la práctica meditativa tipo mindfulness.

En otro informe sobre el tema, esta vez elaborado por la International Bar Association (IBA, en inglés; que reúne a colegios profesionales de abogados y asociaciones de derecho de diversas partes del mundo) se revela una cruda situación en el ámbito legal: cuadros de depresión, estrés, ansiedad, adicciones y suicidio. Casi el 40% de los encuestados reconocen «que no hablarían con sus empleadores sobre este tipo de problemas por temor a dañar su carrera».

Ante ese contexto complejo, la abogada colombiana y experta en mindfulness Ingrid Benninghoff -avecindada en Chile- decide actuar con lo que sabe, lanzando su proyecto meditation.law , propuesta de meditación pensada específicamente para el mundo legal. «El trabajo de la IBA es único en su especie y es realmente global, por lo que sería un error pretender evadir el tema con el falso argumento de que esos asuntos no tienen que ver con la realidad que viven los profesionales del ámbito legal en el mundo», explica.

De hecho, en enero de 2022, la Comisión Abogados Jóvenes del Colegio de Abogados de Chile realiza un taller en el que aborda la situación. Benninghoff forma parte de él y recibe elogiosas opiniones por lo planteado en la instancia. «Espero poder seguir aprendiendo de ella en sesiones futuras» resume la abogada Mónica van der Schraft, co-presidenta de la citada comisión.

Ingrid Benninghoff, en todo caso, es esencialmente clara: «Con todo, siempre digo que el mindfulness no es una panacea ni exime a las personas de acudir al doctor o a una terapia».

Cortesia LWYR

Pareciera que un concepto general del mindfulness es plantear una mirada crítica a la idea de centrar la “felicidad” o la “tranquilidad” en el momento en que “se cumple una meta determinada”. Así, cuando se alcanza ese logro la “alegría” o la “tranquilidad” –generalmente- dura sólo unos segundos y se va, incorporando rápidamente «nuevos desafíos”. El mindfulness parece decir que cuando el foco se pone en las cosas que faltan, el camino parece que no tiene sentido. ¿Es así en términos generales?

– Bueno, lo primero que habría que decir es que -en rigor- el mindfulness invita a una actitud de no juzgar y, en ese sentido, no plantea miradas críticas o verdades absolutas. Más bien invita a experimentar y no tanto a creer. El mindfulness nos hace notar la “rueda de hámster” en la que estamos permanentemente en busca de algo, logrando algo, obteniendo algo. En ese sentido, mindfulness es una práctica de ser y no tanto de hacer.

La teoría milenaria sobre la cual se basa nos enseña que es el apego a esa idea -subjetiva- de “alegría” o de “tranquilidad” lo que desencadena perspectivas, pensamientos, comportamientos y -digamos- actitudes, que terminan finalmente alejándonos de esa «alegría» y de esa «tranquilidad». En sentido similar, la aversión o rechazo a la “tristeza” o la “incomodidad” hace que actuemos de tal forma en que, a la postre, terminamos por alimentarlas y darles más autoridad sobre nosotros.

Uno de los promotores más conocidos del mindfulness en Occidente es el biólogo estadounidense Jon Kabat-Zinn. Haciendo –por cierto- un resumen muy apretado de sus planteamientos, señala que el mindfulness se trata de una ancestral técnica budista de meditación basada en asumir el presente con atención plena y total conciencia, pero sin juzgarlo como usted hace hincapié. Kabat-Zinn explica que se trata de “simplemente parar y estar presente”. ¿Cómo surge en usted, entonces, el interés de relacionar esta dinámica tan intimista con el vertiginoso mundo de los abogados?

– A los abogados les cuesta estar en el presente porque han sido entrenados para estar anticipando escenarios negativos, buscando el error, listos a contradecir y ser reactivos. Son perfeccionistas, no hay espacio para la equivocación, son críticos y autocríticos en exceso y están –generalmente- rodeados de conflicto.

Si bien esto puede considerarse como algo natural e incluso deseable  -ya que permite que se desempeñen de manera exitosa en asuntos profesionales puntuales- deben aprender a ponerle freno a esa tendencia, pues puede generar problemas en su salud física y mental y en sus relaciones. La rigidez de pensamiento, por ejemplo, puede impedirles escuchar y comunicarse asertivamente, tratando a todos como a un adversario e impidiendo ampliar la perspectiva para que surjan soluciones creativas.

Pensar que para ellos es imposible parar -aunque sea por unos pocos minutos al día para respirar, refrescar y reparar- es como la imagen de la rueda de hámster de la que hablamos antes y el agotamiento o burn-out es un destino muy lamentable. No comprender la potencialidad del momento presente es condenarse al estrés y la ansiedad, que surgen en relación con los pensamientos incesantes sobre el pasado o el futuro. Las lamentaciones por el pasado y las preocupaciones por el futuro son, como dice el médico español Mario Alonso Puig, dos “pesadas maletas” que no vemos, pero sí sentimos.

En 2017, tras unos estudios muy impactantes sobre este tipo de problemas que aquejan a los profesionales del sector legal y a los estudiantes de Derecho -depresión, estrés, ansiedad, adicciones, suicidio- la American Bar Association, conocida como ABA por sus siglas en inglés y que es la asociación gremial más antigua de Estados Unidos, reuniendo diferentes grupos de interés del sector legal, y su National Task Force on Lawyer Well-Being, conformada por varias y prestigiosas entidades dentro y fuera de la ABA, publica un reporte titulado “The path to lawyer well-being: Practical recommendations for positive change”.

El informe es un hito y se hacen en él varias recomendaciones, siendo la adopción de la práctica de la meditación tipo mindfulness una de ellas. Desde ese momento comienza mi interés de tender un puente entre la atención plena y el sector legal. Yo ya conocía el mindfulness desde 2014 y tuve claro que sería una herramienta sin parangón para los abogados y abogadas, sin importar su área de práctica o si son jueces o fiscales, ni su edad o cultura.

Y bueno, fue el mismo Kabat-Zinn quien recordaba en el informe que da cuenta del éxito del proyecto que implementó el mindfulness en el parlamento británico, que en la década de los 70 el deporte de correr o running se considera un ejercicio poco común y minoritario. Hoy existe consenso en torno a los beneficios en nuestra salud de esta actividad física, la que practican millones de personas en todo el mundo y, por cierto, muchos abogados.

Puede que todavía no haya un consenso similar sobre cómo velar por nuestra salud mental. Pero, así como correr es una forma sencilla, efectiva y asequible de cuidar nuestra salud individual, coincido con Kabat-Zinn cuando cree que el mindfulness -igualmente simple- va a contar con un nivel de aceptación todavía mayor que el running. Espero ver a muchos abogados y abogadas y personas o profesionales vinculados al sector practicando mindfulness.

  • Testimonios confirman gestión adecuada del estrés y la presión, más enfoque y concentración al practicar mindfulness

El informe “Mental wellbeing in the legal profession: A global study”, elaborado por la IBA , revela una preocupante situación del bienestar mental en los profesionales del derecho, especialmente en mujeres, jóvenes, minorías étnicas y en personas con discapacidades. Incluso, indica que casi el 40% de los encuestados reconocen que no hablarían con sus empleadores sobre este tipo de problemas por temor a dañar su carrera. ¿Cómo se enfrenta a esta realidad desde el mindfulness, en general? ¿Y cómo ha sido su experiencia en el desarrollo de esta técnica en el mundo profesional legal?

– Múltiples estudios científicos demuestran que mindfulness puede ayudar a abordar una variedad de trastornos psicológicos y psicosomáticos, especialmente aquellos en los que el estrés desempeña un papel causal; la investigación ha confirmado el potencial de la atención plena en reducir la rumia, el estrés, la depresión y la ansiedad.

El mindfulness nos ayuda a comprender, momento a momento, en qué situación nos encontramos, desde qué lugar estamos emitiendo opiniones, hacia dónde estamos inclinando la mente y permite saber si estamos combatiendo con reacciones poco hábiles las cosas que van surgiendo en la profesión y en la vida, o si podemos parar unos segundos y responder mejor.

Los testimonios que he recibido de abogados y abogadas de diferentes áreas del Derecho, profesores y alumnos de este sector que se han entrenado conmigo parecen confirmar los beneficios de practicar esta técnica con regularidad: desde una gestión más adecuada del estrés y la presión, pasando por notar mayor enfoque y concentración, mejor descanso y reparación; sintiéndose con mejores herramientas para relacionarse de forma más sana con los pensamientos, las emociones, las sensaciones corporales y los acontecimientos vitales; los practicantes reconocen ser menos proclives a reacciones -que ahora entienden poco útiles- y más capaces de elegir bien la manera de relacionarse con las circunstancias.

Creo que el mindfulness es realmente potente e incomparable al combinar la capacidad de recobrar una conexión con nuestro cuerpo, todo nuestro ser, como unidad, y un sentido de autonomía, que no es individualismo sino toma de acción, algo más cercano al término «agency» en inglés.

Cortesia LWYR

«El estado de plena atención en el que me hallo impide que sea arrastrado de un lado a otro, como una botella zarandeada por las olas», escribe el líder espiritual vietnamita Thich Nhat Hanh en su libro «El milagro del mindfulness», publicación de gran éxito y que –para muchos- explica que en Estados Unidos existiese hace algunos años una especie de “revolución” por esta técnica budista. ¿Podría resumirse así, como lo descrito en el libro, lo que ocurre al practicar mindfulness? ¿Qué significa eso de manera específica en la profesión de abogados?

El mindfulness o atención plena permite familiarizarnos con nuestra mente y su naturaleza. No hay nada más potente que conocernos a nosotros mismos. Es tan simple que llega a ser contraintuitivo.

Si de mi práctica sostenida en el cojín de meditación yo experimento cómo los pensamientos, las imágenes, las sensaciones van y vienen; cómo las emociones se expresan en mi cuerpo que es nuestra antena; lo que me hacen pensar y cómo me cuento una historia al respecto. Si me permite comprender que lo que pienso no es necesariamente lo que soy, si me muestra cuánto estoy aferrándome a algo y cuánta energía estoy consumiendo al rechazar lo otro, si me revela patrones, si puedo soltar o dejar ir, imagínate la capacidad que tengo en situaciones cotidianas y desafiantes de responder con habilidad y no solamente reaccionar impulsivamente. Si soy plenamente consciente de lo que me está pasando mientras me está pasando, tengo el poder de decidir.

Pero para eso debemos entrenar nuestra atención y lo hacemos escogiendo algo en qué centrarla, siendo por lo general la respiración, partes del cuerpo o incluso la repetición de frases. Al notar que nos hemos distraído —inevitablemente— con pensamientos, emociones o sensaciones físicas, regresamos sin juzgarnos al ancla que implica el momento presente, al aquí y ahora. Al hacerlo, desarrollamos nuestra habilidad natural de ser conscientes de lo que nos está pasando momento a momento y estaremos en mejor posición de dar el siguiente paso.

Entonces los abogados y todas las personas que se familiarizan y entrenan su mente pueden concentrarse mejor en la actividad y la tarea que tienen a mano, pueden optimizar el uso de su tiempo ya que el mayor error de quienes se abstienen de probar la meditación es creer que les quita tiempo. Pueden saber si han quedado atrapados con el comentario de la contraparte y están contándose una historia y personalizando la situación al punto de perder el foco en el mejor interés del cliente o el caso. Se le puede dar un nombre a esa sensación en el estómago, identificarla y continuar sin que tome el control. Es posible permanecer centrados y ejecutar en prioridades, discerniendo mejor y trayendo calma incluso a las situaciones más explosivas.

En mi experiencia con el mindfulness para la mente legal con estudiantes, abogados y abogadas y staff de apoyo, las personas han reportado una evolución en su efectividad y bienestar. Se sienten mejor y experimentan menos ansiedad. Al enfrentarse a las inevitables dificultades que trae consigo la práctica del Derecho -y la vida en pandemia- permanecen más calmados, no reactivos, con un mayor discernimiento y, en general, más positivos.

Me llenó de mucho orgullo la experiencia de una abogada que pudo suprimir algunas de las pastillas que tomaba para poder dormir tras un entrenamiento de ocho semanas. Creo que con el mínimo esfuerzo el mindfulness les aporta ejercicios prácticos de fácil recordación con resultados óptimos para reducir causas y efectos de respuestas fisiológicas como el estrés o ansiedad. En el mejor de los casos les permite cultivar una visión que permeará no sólo lo que hacen, sino lo que son.

Con todo, siempre digo que el mindfulness no es una panacea ni exime a las personas de acudir al doctor o a una terapia.

  • Mindfulness: Ruta directa hacia la motivación óptima

Junto a su proyecto meditation.law usted conforma desde Chile una especie de movimiento que parece tomar fuerza en América Latina. ¿Qué proyecciones vislumbra en torno a la entrada del mindfulness en el mundo legal en el corto y mediano plazo?

– Creo que así está bien dicho, el bienestar no es un tema de moda sino un movimiento en el sector legal, que cuenta con dato duro e investigación. En el año 2021 miembros del directorio de la Mindfulness in Law Society, agrupación que busca mejorar el bienestar en la profesión jurídica mediante la educación de la comunidad legal sobre los beneficios de la meditación mindfulness y otras prácticas reflexivas, apoyan la creación de un capítulo latinoamericano y uno europeo, expandiendo así su mensaje fuera de Estados Unidos, donde estas prácticas son ampliamente divulgadas en universidades, firmas de abogados, colegios y asociaciones gremiales de abogados, cortes y tribunales.

El mindfulness recibe un espaldarazo en el sector legal cuando el ya citado reporte de 2017 de la ABA incluye esta práctica dentro de sus recomendaciones, por haberse demostrado su potencial para reducir la rumia, el estrés, la depresión, la ansiedad y el burnout o agotamiento; para fortalecer una serie de competencias relacionadas con la efectividad en la abogacía, incluidos un mayor enfoque y concentración, memoria de trabajo, habilidades cognitivas críticas y el proceso de toma de decisiones éticas y racionales.

El hoy llamado Instituto para el Bienestar en Derecho -que en inglés es el Institute for Well-Being in Law, IWIL- es una comisión de trabajo de la ABA que desarrolla su labor de manera autónoma, con una agenda y una voz importantes. Acabo de participar del primer Congreso Anual de Bienestar en Derecho organizado por IWIL entre el 19 y el 21 de enero, junto a más de 650 participantes y expositores de primer nivel, abordando no sólo teoría sino casos concretos sobre el bienestar individual en el lugar de trabajo, en las firmas y organizaciones y Escuelas de Derecho. Me sentí muy animada al encontrar la referencia que se hizo en tantísimas ocasiones al mindfulness. La que más me parece es ésta: El mindfulness es la ruta directa hacia la motivación óptima.

Así que para América Latina veo en el corto plazo una necesidad de educar, informar más y derribar mitos, logrando así que en el mediano plazo se cuente con un camino pavimentado para la adopción de esta práctica de forma regular. Ya tenemos valientes que han empezado a incorporarlo y a quienes agradezco profundamente que me permitan acompañarlos, como la Escuela de Derecho de la Universidad Católica de Valparaíso y a los abogados/as chilenos y colombianos que entrenan conmigo semanalmente. Es justamente gracias a esa motivación que al comienzo sólo pocos tienen que lo impensable se vuelve realidad.

¿Existe alguna herramienta similar a los informes internacionales que hemos hecho referencia y que den cuenta de la misma situación específica del mundo legal en Chile?

– No y creo que sería útil hacerlo. El informe de la IBA incluye cuestionarios que se podrían replicar para recoger información local valiosa. Hay que recordar que en este reporte participan tanto juristas como organizaciones latinoamericanas e incluso algunos ejemplos citados provienen de Chile. Quiero insistir en que las investigaciones de esta entidad son únicas en su especie y ofrecen un perfil realmente global, por lo que sería un error pretender evadir el tema con el falso argumento de que esos asuntos no “tienen que ver” con nosotros.

Creo que es imperativo que las jefaturas y los liderazgos, cada uno desde el lugar donde se encuentre, se abra a escuchar. No se debe tener miedo a preguntar, miedo al dato. Solamente si se pregunta, se pueden establecer políticas eficaces, desde la fortaleza, repito no desde el miedo.

El bienestar del sector legal no puede esperar más y nos convoca a todos y todas. Hay que empezar con algo, pero empezar. Entre más rápido nos alineemos en torno a este objetivo, menos dolor y daño causaremos no sólo a los abogados y abogadas que ya padecen a causa de una mala salud mental y no están logrando ser cien por ciento competentes ni prosperar en su vida por no contar con el apoyo suficiente, sino que también a los usuarios de la justicia, a la sociedad en general y al Estado de Derecho.

Si no entendemos que abordar esos problemas es también darle la cara a los temas de diversidad, equidad e inclusión, corremos el riesgo de que la profesión no sea sostenible. Es una discusión actual la de la retención y el futuro del sector legal, que deben abordarse para garantizar el avance de una profesión jurídica fuerte y diversa.

Por dar un ejemplo, un artículo de prensa del año 2021 en Estados Unidos revela que más del 50% de los alumnos de las facultades de Derecho son mujeres y más del 30% son estudiantes de color. Tendencias que se espera continúen. Una de las consecuencias será que cualquier organización en ese país que no pueda contratar, retener y promocionar a las mujeres abogadas y a los abogados de color en puestos de nivel medio y superior se verá, en poco tiempo, privada del talento diverso que constituirá un gran segmento de la profesión jurídica.

Debemos ser capaces de generar nuestros propios datos y análisis que conduzcan las discusiones sobre el futuro de la profesión. Ya estamos advertidos y podemos aprender grandes lecciones de quienes llevan tomándose estos temas en serio hace varios años.

Entiendo que el Colegio de Abogados de Chile hizo una encuesta recientemente y sus abogados más jóvenes, de 35 años y menos, manifestaron su preocupación por los asuntos de bienestar en relación principalmente al estrés por la alta carga laboral. Por tal motivo, este año la Comisión de Abogados Jóvenes partió el año con un taller sobre salud mental en que participamos para sugerir algunas herramientas de mindfulness a implementar este año. El cien por ciento de quienes contestaron la encuesta al finalizar el taller, manifestaron la necesidad de seguir incluyendo este tipo de temas en la agenda de actividades del Colegio. Es una gran noticia y el primer paso para eliminar el estigma alrededor de estos temas.

Ante este complejo contexto que se describe ¿cree que los profesionales del mundo legal se encuentran más cerca de seguir ocultando sus problemas o más cerca de optar por alternativas como las del mindfulness que usted ofrece?

– Los estudiantes de Derecho y profesionales del mundo legal van a seguir ocultando esos problemas y sufriendo en silencio si no se dan espacios de educación y discusión y mientras no se acepte que el bienestar no es un problema del individuo, sino que involucra a todo el sistema en su conjunto. El reporte ABA es categórico en eso y yo observo que el tema, de a poco, empieza a generar -al menos- inquietud y curiosidad.

El 90% de quienes evaluaron el taller de salud mental que menciono antes en el Colegio de Abogados -en el que no sólo hubo práctica de mindfulness, sino que también herramientas de gestión emocional a cargo de Nicoletta Pranzini y coaching a cargo de Ana Luz del Río- afirma que es muy probable o probable que incorporen herramientas de mindfulness, coaching o terapia en sus vidas.

De hecho, nos pidieron replicar el taller en una asociación internacional de juristas del derecho de familia y desde meditation.law nos motiva en 2022 acompañar a más colegas, asociaciones gremiales, fiscalías, jueces, firmas de abogados, departamentos in-house y escuelas de derecho a probar la atención plena y sumarse a un movimiento creciente que promueve la colaboración para que los abogados y las abogadas puedan realizarse en su profesión, sin comprometer su salud ni su opción a prosperar en los demás ámbitos de la vida.

 

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