Sólida, profunda y entretenida, la obra de teatro «Mauro» es una puesta en escena tan bien desarrollada, que -sin duda alguna- se suma al panteón de piezas teatrales chilenas imperdibles.
Está basada en el conflicto social que surge en los años 2000 entre el pueblo nortino de Caimanes y la minera Los Pelambres, perteneciente al grupo económico de Andrónico Luksic, uno de los más importantes del país, con grandes inversiones industriales, extractivas, productivas y financieras, incluyendo medios de comunicación como el Canal 13 de TV. La localidad se ubica en la región de Coquimbo (IV Región, comuna de Los Vilos, provincia del Choapa).
Para eliminar relaves (desechos de procesos mineros como roca molida, agua sucia y minerales) la empresa Los Pelambres requiere, por un lado, crear un tranque cerca de Camarones y, por otra, hacer uso del agua natural que existe en la zona. El tranque se construye en el fundo Mauro, pleno valle del estero Pupío, a medio camino entre las operaciones mineras y el puerto de Los Vilos, lo que implica el desplazamiento de muchas personas.
El impacto del tranque y el mal uso de las aguas naturales en la zona es total y absoluto: la gente pierde el acceso al vital elemento, las pocas fuentes hídricas que quedan se contaminan con los desechos mineros y el tranque -considerado el más grande de América Latina- amenaza con destruirse y con ello ponerle la definitiva lápida a la zona. Son variadas las resoluciones judiciales que, tras larguísimos juicios, fallan contra la empresa.
Un grupo de pobladores decide protestar con una huelga de hambre hasta las últimas consecuencias, emulando a la que realizaron en 1981 unos independentistas de Irlanda del Norte y que significa un «antes» y un «después» en este tipo de protestas. La idea es generar plena conciencia en la comunidad sobre las consecuencias que implica para la naturaleza y para los seres humanos la presencia minera.
Para elaborar esta historia, La Familia Teatro obtiene un Fondart (convocatoria 2020) que le permite investigar durante dos años los hechos reales. A partir de lo recopilado, desarrolllan una propuesta dramatúrgica impactante, equilibrada y sólida.
Haciendo recordar la mejor tradición narrativa de Juan Radrigán en «Pueblo del mal amor» (1986), por ejemplo, la escritura y la dirección de Eduardo Luna ofrecen un cuadro humano, político y poético de muy alto vuelo. «Mauro» reflexiona sobre la naturaleza humana, sus virtudes y vicios; analiza el cuadro socio político del país, propone puntos de vista ecológicos y culturales e invita a una inexorable introspección.
Todo ello sin ningún ápice de proselitismo o afán panfletario. La obra se defiende y se para absolutamente en pilares artísticos. Es una historia impecablemente narrada e interpretada, con un registro actoral de primerísimo nivel.
Haciendo uso de técnicas audiovisuales, atractivos recursos de iluminación, voces en off que recuerdan esas maravillosas atmósferas de Juan Rulfo, cuadros musicales e impactantes recursos narrativos del cine, «Mauro» es una obra que marca al espectador.
La gran historia de la minera que deteriora la ecología, las relaciones humanas y la historia arqueológica del pueblo (y, claro, que también entrega sueldos impensados en la zona) se concentra en los distintos universos de estos cinco personajes en escena, cada uno con su microhistoria, sus contradicciones, su riqueza espiritual, sus dudas profundas, sus propias traiciones y sus opciones en juego.
Cada uno llega al punto de la huelga desde diversas experiencias y rutas. Pero un día se ven abordados de manera común por el peso de la realidad y por la toma de conciencia del fin de su entorno, a partir de lo cual comienzan a sentir la responsabilidad que les cabe en el futuro de su pueblo, la difícil decisión de dar pasos éticos o pasos que les generen riqueza material, la compleja circunstancia de optar mirando lo colectivo o lo individual.
En algún sentido, la existencia del tranque funciona como un hoyo negro en la sociedad, una energía difícil de contrarrestar que no sólo atrae y atrae, sino que también deja un espacio para entender el tiempo que se vive y el que viene. En ese breve espacio parece encontrarse también la respuesta.
Aunque la derrota se vea evidente, esto no le agrega ninguna razón a la opción de seguir luchando. Lo que se habla en «Mauro» no es sólo la historia del pueblo que lucha por la dignidad de mantener su legado y entorno, sino que ayuda a comprender la impactante dinámica que se da hoy en Chile en variadas zonas de sacrificio, en las que el interés económico rentista es más importante que el desarrollo económico sustentable.
No por nada es un tema que cruza también la actual discusión sociopolítica del país. Y allí «Mauro» se constituye es un aporte sólido. Como se ha apuntado, desde varias ópticas construye una interpretación holística, que pone en juego la ecología, la política, la economía y la moral frente al ser humano en su cruda complejidad y en su inexorable compromiso colectivo.
«Mauro» es una obra escencial, que debe ser vista con implacable urgencia.
* Ficha artística
Dramaturgia y dirección: Eduardo Luna
Asistencia de dirección: Pamela Alarcón
Diseño integral: Javiera Severino, Karla Rodríguez y Javier Alvarado
Elenco: Felipe Lagos, Nicole Morales, Alexis Moreno Venegas, Paly Pavez y Sebastián Silva Rodríguez
Diseño sonoro y música original: Francisco Moreira y Vicente Cuadros
Músicos invitados: Angela Acuña (violoncello), Javiera Aguayo (contrabajo), Camilo Aliaga (teclados y piano)
Composición «Bolero hambriento»: Alexis Moreno Venegas
Rancheras: Los Reales del Valle
Mezcla de Sonido: Barry Sage
Sonidista: Pablo Ramírez
Grabación y postproducción audiovisual: Diego Elgueta
Fotografía y video publicitario: Diego Pezo
Coproducción Lafamiliateatro y Teatro Finis Terrae
Jueves a sábado, 20.30 horas ; domingos, 19 horas hasta el domingo 17 de julio
Entrada general 2 x 1: $10.000.-
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Teatro Finis Terrae
Av. Pocuro 1935, Providencia.