En primer lugar me presento. Mi nombre es Joaquín Valdés, periodista de profesión pero bartender por vocación. Te presentó, además, mi bar imaginario (por el momento) La Santa Muerte. Me lo imagino como un lugar cercano, lleno de madera pulida, luces amarillentas y una atmósfera que evoca otras épocas que -personalmente- encuentro más simples, de vestidos elegantes, trajes de tres piezas y un entusiasmo casi lunático por combinar bebidas espirituosas.
Quiero que al igual que en esa época, entres a este bar imaginario con la mente en blanco, sin prejuicios (ni mañas), ni preconcepciones, porque en La Santa Muerte buscamos abrir tus horizontes y -al igual que nosotros (mi staff imaginario y yo)- te enamores de la coctelería, pero de la hecha en casa, con un estilo que sólo te pertenezca a ti.
Receta N°1: “Cola de Mono”
Vivimos los días en que en Chile es época del “Cola de Mono”, un clásico de la coctelería popular nacional que es sinónimo de la navidad y el año nuevo, pero que también se extiende durante el verano. Para hacer esta receta en casa, sólo se necesitan ollas y contenedores debido a que lo trataremos como un ponche y no como un cocktail, que generalmente tienen un tratamiento en pequeñas cantidades.
Ingredientes
● 1 ½ litros de agua
● ½ litro de alcohol de preferencia
● 1 lata de leche condensada (2 latas si te gustan los tragos dulces)
● Especias aromáticas
● 1 taza de café
Pasos
1. Haciendo una olla de té. En una olla agrega el agua y las especias aromáticas. En este caso sugiero realizar una base abundante de canela, clavo de olor, anís estrellado, extracto de vainilla (si te gusta, a mi en particular no me agrada) y también, opcionalmente la piel de media naranja. Hervir las especias por unos 20 minutos o hasta que la infusión tenga un color caramelo y el sabor sea fuerte. Luego dejar enfriar.
DATO: En caso de tener familiares y/o invitados que no beben alcohol, separar un poco de la infusión, para luego construir cola de mono virgen.
2. Agregando “malicia”. Si bien la receta popular dicta el uso de agua ardiente, puedes utilizar una serie de otros alcoholes para complementar tu preparación. Las opciones más naturales son el ron añejo (entregará al cola de mono una nota acaramelada y dulce), el whiskey o bourbon (le dará un tono ahumado) o el pisco (que le entregará notas parecidas al aguardiente, pero con menor contenido alcohólico).
La infusión hecha anteriormente debe estar completamente fría para agregar el alcohol, debido a que si los juntamos cuando la infusión está caliente, parte del alcohol se evaporará (debido a que el alcohol hierve a menor temperatura que el agua) y no es la gracia.
La idea es ir agregando de a poco el alcohol e ir probando constantemente la mezcla hasta llegar al nivel alcohólico deseado.
3. Calibrando el dulzor. En este punto tenemos una infusión alcohólica, con un fuerte sabor a especias, pero sin dulzor. Es tiempo de agregar la leche condensada. Muchas personas se estarán preguntando el por qué de su uso y la respuesta es simple: agrega espesor a la mezcla, permite calibrar el ponche en frío (en ocasiones la sensación de dulzor cambia dependiendo de la temperatura) y tiene una vida útil más larga que la leche normal. Ahora, esta fsse depende enteramente de ti y de tu preferencia en azúcar. También se endulza la versión “virgen” del ponche.
4. El último toque. A esta altura podríamos sentarnos en las fiestas de fin de año o en las tardes de enero y disfrutar de este brebaje, pero una máxima de la coctelería es el balance en los sabores.
Para alcanzar este balance es necesaria la taza de café, que le agregará una más que que bienvenida acidez y ayudará a complementar los sabores especiados de este ponche. Preferentemente, utilizar café espresso, aunque café en polvo bien cargado servirá de la misma forma.
Al igual que con el alcohol, debes usar el café a gusto, pero lentamente: hasta llegar al punto del cola de mono perfecto.
Luego de eso ¡a tomar se ha dicho!